Durante el año de las carreteras colapsadas, en Balears se han vendido 31.680 vehículos en un plazo de nueve meses, de ellos 27.124 en Mallorca. Eso supone un incremento del 5% respecto al año anterior en el archipiélago y del 6% en la isla, pero con una característica muy especial: el tirón en la demanda procede de las empresas que renuevan o amplían sus flotas, ya que las compras de particulares han registrado un ligero retroceso. Es decir, el crecimiento se sustenta en unos automóviles que están permanentemente en movimiento, agravando así la saturación que padece la red viaria insular, a lo que la patronal de distribuidores añade un factor adicional, al considerar que la mejora de las carreteras de Balears está sufriendo retrasos permanentes y se demuestra insuficiente para absorber el incremento en el tráfico que se está produciendo.

El presidente de la asociación balear de distribuidores de automóviles (Aseda), Andrés Vidal, pone de relieve la dispar evolución que se está registrando en estos momentos en la demanda. Los coches que adquieren los particulares (casi 17.200 en esos nueve meses en el conjunto del archipiélago) suponen un descenso del 1,8% en relación al mismo periodo del pasado año, una bajada que en Mallorca es algo más moderada y se limita a un 0,5%. En este hecho hay que tener en cuenta la fuerte renovación de coches que las familias protagonizaron en 2015 y la desaparición de las ayudas del plan PIVE en 2016.

Demanda empresarial

Pero las compras protagonizadas por empresas, impulsadas por el fuerte crecimiento de la economía, han mostrado un comportamiento radicalmente opuesto. Sin incluir las adquisiciones protagonizadas por el sector del rent a car, las compañías isleñas han comprado entre enero y septiembre de 2017 un total de algo más de 6.000 vehículos, lo que supone un incremento del 14,7% respecto al ejercicio anterior (en Mallorca este impulso alcanza el 15%).

Y en el caso de las empresas de alquiler de coches, sus adquisiciones en Balears se han situado en las 9.400 unidades, en este caso con un alza del 12% tanto en el conjunto de las islas como en Mallorca.

Eso supone haber puesto en circulación unos 2.000 coches más que los que salieron a la carretera el pasado ejercicio por esas fechas.

Andrés Vidal reconoce que éste es uno de los factores, aunque no el único, que ha agravado la saturación que padece la red viaria isleña. Los coches de empresa se caracterizan por estar en circulación durante una gran parte de la jornada (los de reparto son el ejemplo más claro), y este hecho adquiere una especial relevancia en el caso de los de alquiler, cuya flota no solo ha aumentado con las compras realizadas en las islas sino también con los que las grandes firmas del sector han desplazado desde la península.

A ello hay que añadir que la situación económica de las familias está mejorando, lo que permite cubrir los gastos que conlleva el elevar el uso del automóvil vinculado al ocio.

Pero el presidente de Aseda añade un tercer factor: las mejoras anunciadas en la red viaria acumulan años de retraso, y señala como ejemplos la ampliación y prolongación de la vía de circunvalación de Palma en algunos de sus tramos, o el reiteradamente anunciado desdoblamiento de la carretera que enlaza Llucmajor con Campos. Estas demoras están provocando que algunos ejes básicos de la isla se verán incapaces de absorber el incremento del parque móvil que se está dando.