Balears ha dejado de ser la excepción en España. Tras varios años con crecimientos en las ventas de tabaco, hasta el punto de ser la única autonomía que inició el presente ejercicio con una evolución al alza, las islas por fin se han sumado al resto del país y han recuperado la senda descendente en las compras de un producto que está considerado como la causa directa de una treintena de enfermedades.

El último informe del ministerio de Hacienda cifra en 72,5 millones de cajetillas de cigarrillos las ventas registradas en el archipiélago durante los nueve primeros meses de este año lo que supone un descenso del 1,2% en relación al mismo periodo del pasado ejercicio. Esta bajada es más débil que la que se está dando en el conjunto de España, del 3,3%, pero supone para las islas recuperan una senda generalizada en el país, y ello a pesar de que el primer trimestre de este año se cerró manteniendo la tendencia alcista.

Aunque sus ventas son menos significativas, los cigarrillos no son la única categoría de tabacos con recortes. En esos nueve meses se han adquirido en el archipiélago 40,3 millones de cigarros, por debajo de los 42,5 millones de ese mismo periodo de 2016. A ello hay que sumar 242.679 kilos de tabaco para liar, de nuevo menos que los 251.954 del ejercicio anterior. El único incremento se registra en el tabaco de pipa, con los 18.696 kilos de este año frente a los 16.562 del pasado ejercicio.

Bajar, subir y volver a bajar

Hay que tener cuenta de que estas cifras quedan muy por debajo de los años en los que el consumo de tabaco contaba con menos restricciones y no tenía un rechazo social tan acentuado como en estos momentos. Basta recordar que en el conjunto de 2009 se vendieron en Balears casi 143 millones de cajetillas de cigarrillos, con una evolución a la baja que se rompió en 2014 para iniciar un crecimiento que este año finalmente se ha visto roto.

Por contra, durante esos años se elevó el consumo de cigarros, que durante el presente ejercicio aparece también detenido.

El hecho que de las islas abandonaran la tendencia a la baja en el consumo de tabaco coincidió con el inicio de unas temporadas turísticas con cifras de visitantes en notable crecimiento. Esa tendencia no se limitaba además al verano, sino que la prolongación de la temporada ha venido haciendo que la tendencia al alza haya sido prácticamente constante durante todos los meses del año, según señalan los representantes del sector de expendedores.

A ello se sumaba el que la salida de la crisis ha ido elevando la capacidad de gasto de los consumidores, que además ha ido abandonando paulatinamente el tabaco de liar, más económico, para volver a la demanda de las cajetillas.

Hasta ahora. Porque el ligero retroceso que comienza a detectarse ya había sido vaticinado por los comercializadores: se empezaba a tocar techo, y resultaba difícil ir contracorriente cuando la tendencia en el conjunto del país era la de mantener un descenso en las ventas.

Además, desde entidades contrarias al consumo de este producto, como Nofumadores.org, se venía denunciando también una excesiva permisividad en los incumplimientos de la normativa antitabaco, especialmente en el caso de el consumo en terrazas durante el invierno al cerrarse éstas con lonas en tres de sus laterales, cuando para poder fumar se exige que al menos dos se mantengan despejados.

En cualquier caso, desde las autoridades sanitarias se defiende que el recorte en las ventas de tabaco dista de ser una mala noticia, por cuanto su consumo se relaciona directamente con una treintena de enfermedades, como tumores, infartos e incluso el asma infantil, lo que implica un deterioro de la salud que genera además un incremento del gasto vinculado a la sanidad.