En Palma resulta muy complicado encontrar una vivienda en alquiler por menos de 800 euros mensuales salvo en las zonas más degradadas del municipio, y se pagan esas cantidades "incluso por un cuarto piso sin ascensor", afirma el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, José María Mir.

Eso deja dos opciones a los residentes que desean acceder a un inmueble: o compartirlo para repartir costes, o buscarlo en municipios donde los valores son más asequibles, como Inca o Llucmajor, independientemente de que se trate de personas que eran residentes en la capital y que tienen en ésta su centro de trabajo.

Esta expulsión de vecinos de Palma hacia la part forana, que ya se vivió durante el boom del ladrillo cuando de buscaba una residencia en propiedad, explica que el problema de los accesos a Palma durante las horas de entrada y salida laboral sea cada vez más intenso, apoyado por la creciente flota de coches de alquiler. El resultado es que la sensación de saturación que se vive en Mallorca es cada vez más intensa.

Situación coyuntural

Pese a reconocer la existencia del problema, José María Mir defiende que es coyuntural. El representante de los API esgrime que la isla lleva dos años en los que la demanda de vivienda en alquiler supera a la oferta existente por la llegada masiva de turistas que se han visto desviados por los problemas que viven otros destinos del Mediterráneo.

Y aunque no oculta que esta situación puede prolongarse durante algunos años más, defiende que a la larga la recuperación de Egipto o Turquía conllevará un descenso en la demanda de alojamiento turístico en la isla y una paulatina normalización del precio de la vivienda en alquiler.