El catalán ha perdido terreno en las islas en la última década.El crecimiento de la población, mayoritariamente por efecto de la inmigración, "ha supuesto un retroceso en el uso y conocimiento del catalán". Es una de las conclusiones que se desprenden del la Encuesta de usos lingüísticos en Balears, un completo estudio realizado por la UIB basado en un cuestionario realizado a 1.800 personas mayores de 15 años a finales de 2014.

El estudio, que toma como referencia uno similar realizado en 2004, constata que en los diez años que han pasado entre una encuesta y otra "se ha incrementado de manera considerable la fragilidad de la lengua catalana". Y lo atribuye a "la falta de integración lingüística de los recién llegados".

Esa inmigración habría "arrastrado" a grupos de población catalanoparlante a dejar de usar la lengua propia de las islas en beneficio del castellano. Este fenómeno se da sobre todo entre los más jóvenes. Aunque tienen un conocimiento del catalán más elevado, no lo usan con asiduidad. Por ejemplo, los hijos de matrimonios mixtos entre autóctonos y foráneos suelen decantarse por el castellano.

El informe, presentado en el Parlament por una de sus coordinadoras, Maria del Mar Vanrell, también deja entrever algunos brotes verdes. "A veces hay una tendencia a ser pesimistas, pero hay que tener presentes factores positivos. Pese al incremento tan importante de personas de fuera, la lengua catalana demuestra un poder de atracción para captar nuevos hablantes", indicó Marta Fuxà, directora general de política lingüística del Govern.

Del mismo modo, se felicitó porque "un 20% de personas han adquirido el catalán gracias a las escuelas para adultos".

Las claves del retroceso

Hay un dato clave para entender esa debilidad del catalán en la sociedad: la población autóctona en las islas en 1970 representaba el 82% del total; en 2014 solo el 60%.

También el turismo ha afectado al equilibrio lingüístico. Por un lado, porque ha facilitado el establecimiento permanente de población foránea en el archipiélago en una proporción significativa. Por otro, porque la presencia de más de diez millones de visitantes al año "condiciona las elecciones lingüísticas en muchos ámbitos y funciones".

El conocimiento del castellano está más generalizado; la práctica totalidad de los encuestados se declararon competentes a la hora de hablar y escribir en esa lengua. En cambio, el conocimiento del catalán sigue siendo más bajo, por mucho que se haya incrementado con respecto a la encuesta realizada en 2004.

Además, con una particularidad: la capacidad para hablarlo es más alta entre los más mayores (donde hay más proporción de autóctonos) y entre los más jóvenes, por los efectos de la escolarización.

La mayoría de los nacidos en Balears tienen como lengua inicial el catalán. Sin embargo, los efectos de la inmigración continuada han convertido a los castellanohablantes en el grupo demolingüístico más amplio del archipiélago. Traducido a cifras, el castellano es la primera lengua de cinco de cada diez residentes. El catalán lo usan prioritariamente cuatro de cada diez.

El estudio indica que la transmisión del catalán de padres a hijos "continua sólida". Las personas que hablan catalán con sus progenitores los hacen también con sus hijos "de manera muy generalizada". El grupo de edad que menos usa el catalán en el ámbito familiar está entre los 30 y los 44 años, segmento en el que hay más proporción de población inmigrante.

Casi la mitad de los encuestados (47´5%) afirman utilizar el catalán cuando se dirigen a un desconocido. Asimismo, una parte considerable asegura que cambian al catalán si al iniciarse una conversación la otra persona le responde en esa lengua. En el caso de los jóvenes, lo hacen en más de un 70% debido a su mayor conocimiento.