La defensa de Bartolomé Sbert, mano derecha del empresario Tolo Cursach, ambos en prisión, ha manifestado su intención de quedarse en la cárcel porque “por el momento es el lugar más seguro para su persona”.

El número dos del grupo Cursach considera “que se ha creado el escenario judicial perfecto para que cualquier testigo, enemigo, o simple interesado pueda causarle aún más daño”. El bufete Coca y Asociados, que lleva la defensa del ejecutivo preso considera que el auto del juez Penalva, acordando la salida de Sbert bajo una fianza de 500.000 euros incluye una “insólita y perversa advertencia”, que “le impone una responsabilidad penal objetiva”.

El magistrado advierte de que si tras la salida de Sbert de la cárcel se produjera alguna maniobra de coacción o compra de testigos, podría revocar su libertad condicional, por todo ello la defensa de Sbert concluye que es preferible que se quede en prisión “de la que no puede salir hasta que la instrucción respete sus garantías constitucionales".