"Le dije 'hola Tolo', como podría decir 'hola Carlos' o 'hola guapísimo'. Lo siento, soy simpática, soy así". La directora general de Turismo, Pilar Carbonell, justificó de esta manera el tono "familiar" de su conversación telefónica con el número dos de Tolo Cursach, Tolo Sbert. Carbonell admitió conocer de antes a la mano derecha del magnate de la noche, ahora en prisión, pero negó que su conversación telefónica con él recogida en el sumario del caso Cursach se tradujera en un "trato de favor" al empresario.

Carbonell compareció ayer a petición de Podemos en el Parlament. En la comparecencia, la directora general aseguró que, pese a haberle dicho a Sbert "no passis pena", no hubo "ningún trato de favor" al grupo Cursach. "Le dije ' no passis pena' porque es una expresión muy mallorquina, en castellano no se lo hubiera dicho. Si le dije ' no passis pena' es que se hará el informe, pero cuando toque", señaló Carbonell.

"Soy un cargo público y tengo que atender a todo el mundo", defendió la directora general, que recordó al inicio de su intervención que "no se me ha citado a declarar ni como testigo ni como investigada". La alto cargo señaló que el expediente para la reforma del Megapark por el que Sbert la llamó por teléfono "entró en el Govern el 5 de noviembre de 2015 y se resolvió el 18 de enero de 2016". "Todos los informes siguen un estricto orden de entrada", zanjó Carbonell.

"No se forzó el procedimiento"

"Yo te lo firmaré de todas maneras antes de irme, eso seguro", le comunicó Carbonell en la conversación teléfonica que aparece en el sumario del caso Cursach y que fue reproducida por Diario de Mallorca. "Pero bueno, no passis pena, yo antes de irme lo aclararé", le decía en enero de 2016 al número dos del empresario, habiendo estallado ya el escándalo en torno al magnate de la noche

La directora general apeló a su simpatía después de que el diputado Miguel Jerez, del PP, le recriminara el tono "familiar" de su conversación con el número dos de Cursach con expresiones como "hola Tolo" o "gracias Pilar". Previamente, Carbonell señaló que el sector turístico disponía de su teléfono tras su paso por la Asociación de Restauración, de la que fue presidenta, y que conservó su número al acceder a su actual cargo en el Govern para que la pudieran seguir contactando porque, dijo, "soy accesible". En la misma línea, señaló que conocía a Sbert de su paso por la asociación, ya que el grupo Cursach tiene numerosos establecimientos. No obstante, aseguró que "si en lugar del de Sbert, me hubieran pinchado mi teléfono tendrían conversaciones con mucha gente que me pregunta por sus expedientes". "Es lo que tiene, que en estas islas nos conocemos todos", puntualizó.

"Sbert pidió información de cómo estaba su expediente, como hacen tantos otros ciudadanos, y yo simplemente le informé", relató la directora general de Turismo. "Pero en ningún momento hubo trato de favor ni se forzó ningún procedimiento", insistió: "No he firmado nunca ningún informe como trato de favor", zanjó Carbonell, que cifró en 317 los informes de este tipo que ha firmado desde que está en su actual cargo.

El PP: "Nos genera dudas"

PP y Podemos coincidieron en su réplica en cuestionar el "acceso directo" de Sbert a la directora general: "¿Tienen todos los ciudadanos ese acceso a la información?", preguntó el podemita Salvador Aguilera. "No sé si debe atender a todos los ciudadanos de manera tan directa", planteó, por su parte, el diputado del PP Miquel Jerez. "Llama la atención que el expediente se resuelva por teléfono", puso también en tela de juicio el parlamentario popular. "No la venimos a juzgar porque no somos jueces ni fiscales. No creo que sea usted inocente pero tampoco lo contrario, todo está por demostrar", le concedió Jerez a la directora general, aunque aseguró, no obstante, que la conversación con Sbert recogida en el sumario "nos genera dudas razonables".

Desde los partidos del Govern, PSIB y Més, quitaron hierro a los hechos, destacando la implicación de miembros del PP como el expresidente del partido en Palma, José María Rodríguez, o del que era su mano derecha, el todavía diputado Álvaro Gijón, ahora en el grupo mixto. "Si el único problema de su trabajo es que usted coja el teléfono, bienvenido sea su trabajo", le dijo el diputado socialista Damià Borràs. "En medio de la novela negra que es el sumario del caso Cursach, usted aparece haciendo su trabajo. No sé qué se le puede reprochar", la defendió por su parte el diputado de Més, Antoni Reus, que agradeció a Carbonell la "rapidez" con la que compareció.

Dos expedientes

Como ejemplo de que no hubo "trato de favor" al empresario, Carbonell informó de la apertura de un expediente sancionador contra el hotel BH Mallorca, también propiedad del empresario Tolo Cursach, tras detectar una sobreocupación del 60 por ciento por encima de lo permitido. "Si se quisiera darle un trato de favor no habría habido inspección ni se le pondría la máxima sanción", señaló la directora general. "Se expone a la máxima sanción", avanzó Carbonell en el Parlament sobre la infracción del grupo. La directora general puso sobre la mesa este expediente para reforzar que "nunca ha habido trato de favor" hacia el empresario de la noche por su parte.

De hecho, según precisó en su comparecencia respondiendo a preguntas de los partidos, esta no ha sido el único expediente abierto por Turismo contra Cursach esta legislatura. Además del de este verano, el año pasado ya se abrió un expediente al empresario también por sobreocupación.