El intercambio ayer de cartas entre el presidente catalán, Carles Puigdemont, y el jefe del Ejecutivo estatal, Mariano Rajoy, sin que hayan servido para modificar sus posturas, provocó ayer la reacción de los partidos de Balears, que insistieron en las mismas posiciones que han mantenido desde que estalló el conflicto independentista. También lo hizo la presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, quien insistió en su deseo de que se abra un diálogo entre la Generalitat y el Gobierno de España que lleve consigo una "propuesta suficientemente alentadora para que Cataluña siga formando parte de España".

"Esta ha sido mi posición desde siempre", subrayó Armengol quien volvió a apelar al diálogo para "resolver un conflicto que es político" y confió en que este diálogo "comience de una vez por todas", a la vez que recordó que la situación no afecta solo a Cataluña, sino a "toda España".

Ayer a las 10 de la mañana expiraba el plazo marcado por el Gobierno central para que Puigdemont respondiera a su requerimiento sobre si declaró o no la independencia de Cataluña, pero en su respuesta el presidente catalán no concretó esta cuestión sino que ofreció a Rajoy un margen de "dos meses" para dialogar. La contestación del presidente del Gobierno fue advertir al jefe del Ejecutivo catalán que él será "el único responsable" si se aplica el artículo 155 de la Constitución. El Gobierno ha activado un último plazo, que acaba el jueves a las 10 de la mañana, para que Puigdemont rectifique, avisándole que depende de él "evitar que se den los siguientes pasos".

Ante este intercambio de misivas, y con el jueves como nueva fecha clave, PP y Ciudadanos de Balears reiteraron su apoyo al Gobierno central, mientras Més y Podemos respaldaban el paso dado por Puigdemont, en especial Més. El PSIB, por su parte, se pronunció en el mismo sentido que Armengol, apelando al diálogo.

Para la portavoz parlamentaria del PP, Marga Prohens, Puigdemont "está llevando a Cataluña a un callejón sin salida" y su respuesta a Rajoy es la prueba de que el presidente catalán "hace mucho tiempo que se está riendo de los catalanes y ahora pretende reirse de todos los españoles".

El portavoz balear de Ciudadanos, Xavier Pericay, criticó que Puigdemont pida diálogo cuando se ha situado en la ilegalidad y que utilice "recursos típicos" como la mediación internacional "como si hubiera guerrillas en España". Pericay, que defendió la aplicación del artículo 155 de la Constitución si Puigdemont no da marcha atrás, consideró que en la carta enviada por el presidente catalán a Rajoy "sigue con ese relato de imagen apocalíptica de la democracia española".

En el lado opuesto al PP y Ciudadanos se situó Bel Busquets, coportavoz de Més per Mallorca, quien acusó al Gobierno de Rajoy de estar "instalado en la represión y la aplicación del artículo 155 pese a la oferta de diálogo del presidente de la Generalitat. Para Busquets, da la impresión de que desde el Estado se "buscan excusas para intervenir" Cataluña. "Se debería acabar con la reacción absurda a base de comunicados, una relación epistolar, y tal vez sería propicio que se sentaran uno delante del otro y hablaran", dijo la dirigente de Més en referencia a Rajoy y Puigdemont.

El presidente del grupo parlamentario de Podemos, Alberto Jarabo, consideró que "los hechos demuestran que no se ha proclamado la independencia" de Cataluña y resaltó la predisposición al diálogo de Puigdemont. "Esto no va de unilateralismos ni inmovilismos, pero tampoco de ultimátums" declaró Jarabo para quien "la solución pasa por el diálogo y por abrir la puerta a un referéndum pactado y con garantías, esa es la única solución real, que pasa por una modificación constitucional".