La fiesta de la patrona de la Guardia Civil celebrada ayer en Palma estuvo marcada por la tensión que se vive en Cataluña. Pero también lo estuvo por el discurso de la delegada del Gobierno, Maria Salom, quien arremetió contra el Govern, dijo, en referencia a la prohibición de los toros o la intención del Ayuntamiento de Palma de derribar sa Feixina, que definió como un "monumento de una etapa de confrontación ya olvidada pero que representa lo que nunca debe volver a ocurrir".

Así, Salom acusó a "algunos grupos políticos" de Balears de alimentar "la división de la sociedad", a pesar de que en las islas no existe "ningún problema de convivencia", y como sí ocurre en Cataluña, donde se ha vivido una "manipulación en grado extremo". En este sentido, criticó los últimos movimientos del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y advirtió que el diálogo solo será posible cuando "los que se han saltado las normas regresen al Estado de Derecho".

La delegada del Gobierno elogió además el trabajo de la Guardia Civil. "Ahora más que nunca el país os necesita", proclamó. Además anunció que el Gobierno tiene en su hoja de ruta mejorar las condiciones laborales "precarias", del cuerpo armado, señaló.

Tras el acto, la presidenta del Govern, Francina Armengol, respondió a Salom lamentando que hiciera "un mitin político de partido y no un discurso institucional".

Respecto a la cuestión catalana, la presidenta balear calificó de "muy importante" el "paso atrás" que hizo Puigdemont el martes, lo que para Armengol ayuda a abrir el diálogo para resolver el conflicto.

También elogió el acuerdo que llegaron ayer Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y Pedro Sánchez, líder del PSOE, para abrir la puerta a la reforma de la Constitución. "Esto significa cambiar la norma marco para adaptarla a la realidad que vivimos", no solo para ayudar al encaje de Cataluña, sino "para resolver cuestiones pendientes de esta comunidad que desgraciadamente y por la falta de voluntad política aun no estan resueltas", manifestó.

El conflicto catalán también estuvo presente en el discurso del Coronel Jefe de la Guardia Civil en Balears, Jaume Barceló, quien empezó su intervención lamentando que "vivimos tiempos difíciles en España", "tiempos en los que muchas cosas estan cuestionadas y que ponen a prueba nuestras instituciones". El coronel remarcó que "vamos a seguir en nuestro puesto pase lo que pase".

Barceló resaltó el trabajo de la Benemérita de este último año. Subrayó que han rescatado "107 imigrantes irregulares", las diversas operaciones contra el terrorismo yihadista o la reciente operación contra el fraude en las reclamaciones falsas en algunos hoteles de la isla.

Finalmente, el alto mando manifestó que "no estamos en los mejores momentos para festejos alegres" y "como muestra de solidaridad con nuestros compañeros en Cataluña" anunció que no se realizaría el tradicional vino al finalizar el acto.

Numerosa asistencia

La celebración de la festividad de la Virgen del Pilar tuvo lugar de nuevo en el cuartel de la calle Manuel Azaña de Palma tras varios años de obras que obligaron a realizar el acto en otros lugares de la isla.

También fue una de las celebraciones más concurridas de los últimos años con una gran asistencia de invitados, familiares y amigos. Entre los asistentes se encontraban el presidente del Parlament balear, Baltasar Picornell; la consellera de Hacienda, Catalina Cladera; la regidora de Seguridad Ciudadana de Palma, Angélica Pastor, y representantes de gran parte de las formaciones políticas, a excepción de Podemos y Més.

La ceremonia empezó con la formación de los agentes y la revista por parte del coronel. Tras su discurso se hizo entrega de las condecoraciones, diplomas y distinciones. La celebración continuó con el homenaje a los guardias civiles fallecidos, el canto del himno de la Guardia Civil y se cerró con la retirada de la Enseña Nacional y el arriado de bandera.