La presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, reaccionó ayer al discurso del presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, con un tuit en el que resumía el mensaje que ha dado desde que estalló el conflicto: "¡Diálogo, diálogo, diálogo!".

Por la mañana, Armengol había pedido "formalmente" en el pleno del Parlament a Puigdemont, que "no declare unilateralmente la independencia" y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no aplique los artículos de la Constitución que permitirían la suspensión de la autonomía ya que "de ninguna manera un conflicto político se puede arreglar con represión o suspendiendo una autonomía".

La jefa del Ejecutivo, que insistió en apelar una vez más al "diálogo" como vía para resolver un conflicto que es "político", aprovechó una pregunta de la portavoz parlamentaria de Podemos, Laura Camargo, para lanzar este mensaje en un "día trascendental" en el que pocas horas después, se pronunciaría Puigdemont.

"Ni DUI (Declaración Unilateral de Independencia) ni 155 ni 116", dijo a Camargo quien le pidió que instara al PSOE nacional a que rechazara tanto la posible suspensión de la autonomía que prevé el artículo 155 de la Constitución como la aplicación del artículo 116 que establecería el estado de excepción, alarma o sitio, lo que tendría como consecuencia, en palabras de Camargo, "ulsterizar Cataluña" y "poner en peligro las libertades más básicas". Camargo incidió en que la llamada de Armengol al diálogo tiene "el problema de que Pedro Sánchez (líder nacional del PSOE) ha dicho que apoyará cualquier respuesta del Estado" ante una declaración unilateral de independencia.

Armengol eludió pronunciarse sobre la postura del PSOE nacional e insistió en la necesidad de que haya un diálogo entre la Generalitat y el Gobierno. La presidenta lanzó una dura crítica al Ejecutivo de Mariano Rajoy por no haber reaccionado ante el "conflicto territorial" poniendo sobre la mesa una "propuesta política a los catalanes para decirles por qué se tienen que quedar en España".

Junto a ello, culpó de esta crisis a "las dos partes" por no haber impulsado un "nivel de diálogo suficiente para llegar al acuerdo que necesitarían". Así, insistió en que el referéndum del 1 de octubre "está fuera de la legalidad" y no puede servir como argumento para una proclamación de independencia, pero a la vez consideró, en referencia al Gobierno central, que "un conflicto que es político no se puede arreglar solo con la justicia y la policía, no se puede arreglar con represión".

En este sentido, insistió en que corresponde al Ejecutivo de Mariano Rajoy hacer una propuesta que solucione el conflicto y que debería pasar por "más derechos, más libertades, más competencias, y una financiación" sobre la que aprovechó para incidir que es cierto que "le falta a los catalanes, pero sobre todo le falta a Balears".