"No sé qué le hemos hecho al Penalva este, a ver si un día fue a Titos y no le dejaron entrar. Algún problema debe tener con nosotros". Tolo Sbert, el hombre de confianza de Tolo Cursach, considerado por la Policía como el brazo ejecutor del magnate de la noche, se cuestionaba en una conversación interceptada por los investigadores el papel del juez instructor a mediados de mayo de 2016. Meses después, en marzo de 2017, el magistrado ordenaba el ingreso en prisión provisional de ambos. Desde entonces, los dos sospechosos permanecen encarcelados en el marco de la 'Operación Sancus', contra la presunta trama de corrupción policial.

Sbert se lamentaba ante su interlocutor, otro ejecutivo del grupo Cursach, de que dos de sus empleados hubieran sido detenidos por acosar a empresarios de la competencia. Tolo Sbert le dice si le parece normal que los tuvieran en Policía una noche y no les tomaran ni declaración. Además, indica que va a poner cámaras de vídeo para que graben a un empresario rival al que hay que provocar.

El lugarteniente de Tolo Cursach consideraba también que es inhumano tener a dos personas detenidas por esto. "Y, claro, no han querido mostrar los vídeos ni nada porque es secreto de sumario", añadía en la conversación intervenida. Según su versión, si uno de sus trabajadores iba a tener orden de alejamiento, al final la tendrán todos porque tienen que ser por igual todos.

A principios de junio de 2016, Tolo Sbert habla con otro directivo del grupo Cursach al que comunica que van a cerrar uno de sus bares de Magaluf y van a dejar toda la suciedad en la zona para acosar a un empresario rival que tiene locales en ese mismo lugar. "Lo dejaré allí de escombrera", detalla Sbert. El hombre de confianza de Cursach añade a su interlocutor, en referencia al magistrado instructor: "El juez este está grillado y nos puede pasar cualquier putada a nosotros".