El Grupo Cursach realizó obras ilegales en al menos dos de sus negocios y llevaba los escombros a la polémica finca de Son Cabrer, en el Secar de la Real, para deshacerse de ellos también de forma irregular. La investigación y los pinchazos telefónicos al empresario y sus colaboradores más próximos revelan además cómo ejercían su influencia, tanto con agentes de la Guardia Civil como con funcionarios de Cort, para subsanar estas ilegalidades y evitar sanciones.

Las pesquisas revelan que las obras clandestinas se llevaron a cabo entre 2015 y 2016, según consta en el sumario de la 'Operación Sancus'. En el gimnasio Megasport de Palma, se realizaron trabajos para ampliar sustancialmente el establecimiento pese a haber solicitado solo un permiso de obra menor. Por ejemplo, el cerramiento de un hueco interior del edificio para levantar sobre él otra planta y aumentar el espacio del gimnasio.

Además, no se deshacían de los escombros generados por estas obras de manera legal, sino que los llevaban a escondidas a Son Cabrer, la polémica finca próxima a Son Espases que Cursach compró en 2003 por 13,5 millones de euros poco antes de que se diera a conocer el emplazamiento final del hospital. Por esta operación, el empresario compareció en la comisión de investigación del Parlament sobre el macroproyecto, donde negó haber tenido información privilegiada antes de adquirir el terreno. En una de las conversaciones interceptadas por la Policía, el propio Cursach y un empleado de Megasport hablan sobre cómo ocultar los escombros llevándolos de noche en camiones. Una vez allí, quemaban una parte con cuidado de que el humo no alertara a la Policía.

Los pinchazos ponen de manifiesto también como el Grupo Cursach hacía valer sus influencias para evitar multas y sanciones por estas irregularidades. Tras una inspección llevada a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, Antonio Bergas, uno de los principales colaboradores de Cursach, contacta con tres agentes del instituto armado para intentar solventar los problemas detectados en la inspección. También hay llamadas a una funcionaria del Ayuntamiento de Palma para parar las posibles multas.

En la investigación aparecen también referencias a las gestiones llevadas a cabo por Cursach, Sbert y Bergas para legalizar obras que hicieron en su día sin permisos ni licencias. En varias conversaciones tratan de encontrar la fórmula para regularizar la instalación de un ascensor, al parecer de manera fraudulenta, en el Megapark, uno de los mayores locales de ocio de s'Arenal.