En Més saben que la querella de la Fiscalía Anticorrupción es una losa muy grande para poder mantener a Pere Muñoz como gerente de la Agencia Balear de Turismo (ATB). Por este motivo, pese a que todavía no tengan notificación oficial del juzgado, ya se están barajando nombres para sustituirle. Reconocen que su imputación es cuestión de días, ya que es del todo improbable que el juez rechace una querella por presunto delito de prevaricación y tráfico de influencias presentada por el Ministerio Público por las adjudicaciones de contratos al jefe de campaña de Més, Jaume Garau.

Uno de los nombres que suena con más fuerza para sustituir a Muñoz es el de Antoni Sansó, actual asesor de la conselleria de Turismo y el hombre que ha llevado a cabo toda la negociación para impulsar la Ley del Alquiler Turístico. Sansó es un histórico del PSM y ha sido durante muchos años edil nacionalista en Sant Llorenç des Cardassar. Profesionalmente proviene del sector turístico.

No obstante, no es el único nombre que está sobre la mesa de Més y de Biel Barceló. También se ha hablado de Joan Verger, actual alcalde de Montuïri y persona de la absoluta confianza del vicepresidente. Ha sido secretario de organización de Més durante seis años, todo el mandato de Barceló al frente de la ejecutiva nacionalista. También se ha apuntado el nombre de Miquel Oliver, exalcalde nacionalista de Manacor y miembro destacado de la cúpula de Més. Profesionalmente se dedica a la gestión, por lo que es un perfil que también se adecuaría a la ATB.

En Més tienen claro que no quieren hacer experimentos a menos de dos años de las elecciones. Apostarán por una persona del partido con experiencia. Algunas voces en la coalición creen que la apuesta de Barceló por buscar gente de perfil técnica sin importar si son o no del partido no les ha salido muy bien. El ejemplo es la directora general de Turismo, Pilar Carbonell, y el propio Muñoz, que tras ser edil del PSM en Cort se marchó del partido y ahora ha vuelto con un cargo.

La preocupación en Més se centra en Pere Muñoz, ya que es el único de los cinco querellados por Anticorrupción que tiene cargo público. Los otros, además de Garau: Ruth Mateu, Jaume Gomila y Josep Ramón Cerdà, todos ellos estuvieron al frente de Cultura y fueron destituidos y no es preciso buscar relevo. Además, cuentan con la presión del PSOE que quiere que el Govern se persone en el caso de los contratos con Garau. Si ello se produce será muy difícil tener a uno de los querellados con cargo en el Ejecutivo.