El Grupo de Blanqueo de la Policía afirma, en su largo informe, que la unidad de Asuntos Internos unidad de Asuntos Internosque se creó desde la Policía Local para investigar e incluso sancionar, a agentes y funcionarios del Ayuntamiento de Palma, fue ilegal. De hecho, un sindicato llevó el asunto a los tribunales y la sentencia estimó dicha demanda, estableciendo que el Ayuntamiento de Palma había incumplido la ley, al invadir competencias que no le correspondía, al crear dicha unidad. Los investigadores sitúan a José María Rodríguez como la persona que impulsó esta unidad policial, pese a que en ese momento no tenía, teóricamente, ninguna función pública dentro del Ayuntamiento. Este grupo de asuntos internos pasó a llamarse DASI, si bien los investigadores lo califican de "unidad represora", porque entienden que "era un instrumento necesario, útil e imprescindible" dentro de la estructura corrupta.

El Grupo de Blanqueo de la Policía mantiene que dicho departamento de asuntos internos se creó, no solo sin ningún interés operativo, sino de manera de irregular. De hecho, se sostiene que fue una excusa para vigilar a los funcionarios de Cort, pero sobre todo para "controlar las informaciones en el interior y exterior del Ayuntamiento", lo que le convertía en un instrumento de poder absoluto. Una información que, según mantienen los investigadores, se controlaba, casualmente, desde el área de Turismo y Coordinación, que dirigía Álvaro Gijón, histórica mano derecha de Rodríguez.

La Policía cree que esta unidad en el cuartel de San Fernando era una especie de "germen de un hipotético servicio secreto". Se trataba del grupo especial que se impulsó para actuar de forma oculta "a la luz pública" y alejada "de cualquier tipo de control".

Otra unidad que tendría unos objetivos parecidos sería el SIAP. Este grupo, dirigido por el comisario Estarellas, fue integrado por policías de la máxima confianza de Rodríguez, según relata el informe. Era una unidad de seguimiento e incluso los investigadores sospechan que realizaba, no una función policial, sino más bien de espionaje, para conseguir información, que más tarde facilitarían a José María Rodríguez, a través de Álvaro Gijón.

Espionaje

Se trata de la misma unidad que realizó una más que sospechosa actuación sobre el hijo de la que fue secretaria personal del alcalde Mateo Isern. El joven fue sorprendido fumando un "porro" junto al instituto. Se intervino la droga, pero nunca se realizó un informe oficial y por supuesto jamás hubo una propuesta de sanción.

Cabe recordar que en el cajón de una agente que formaba parte de esta unidad, a pesar de su escasa formación académica, se encontró un aparato electrónico que guardaba unos archivos encriptados. A pesar de los intentos para obtener la información que esconden estos archivos, no se han podido abrir. Se sospecha que guardaban información que en un futuro pretendían utilizar en su beneficio.

Los investigadores están convencidos de que estos grupos de investigación han realizado vigilancias sobre jueces y fiscales. Y creen que también están detrás de los ataques, a través de un medio de comunicación nacional, que sufrieron el juez Castro y el fiscal Horrach cuando comenzaban a investigar la financiación ilegal del Partido Popular.

También apuntan que estas maniobras se habrían repetido para vigilar y coaccionar a los investigadores de la trama policial, como el juez Penalva y el fiscal Subirán, entre otros.