"Aquí nunca se paga y se paga de otra manera". Así, le respondió un policía local de Palma investigado en el caso Cursach a su compañero de patrulla después de que el primero se hartara de cenar en un restaurante de la Playa de Palma vinculado al Bierkonig, del grupo Pabisa, de los hermanos Pascual Bibiloni.

"Cenar gratis en ese restaurante era lo habitual por parte de distintos policías locales", reconoció un agente a los investigadores. Incluso, en una ocasión, un portero de un pub les hizo aspavientos cuando circulaban en el furgón policial y se acercó con tres vasos de tubo con bebidas alcohólicas.

No solo se beneficiaban los policías locales de estos privilegios. En el sumario de la 'Operación Sancus' contra la presunta trama de corrupción policial también aparecen algunos policías nacionales y guardias civiles que consumían gratis en establecimientos de Palma y Calvià. Según se refleja en las pesquisas, los principales grupos empresariales que monopolizaban el ocio nocturno en s'Arenal y Magaluf, el grupo Cursach y Pabisa, contaban con los servicios de determinados policías locales, nacionales y guardias civiles, además de varios funcionarios de los ayuntamientos de Palma y Calvià.

"Algunos policías locales y nacionales consumen gratis y comen gratis en los restaurantes de la Playa de Palma", añadió otro agente, que declaró como testigo en la causa. "He oído que Daniel (un policía local investigado) organizaba servicios de seguridad integrados por policías locales y nacionales sobre fiestas de los hermanos Pascual. Los rumores eran que en esas fiestas los vigilantes eran policías y que acudían políticos y se ofrecían servicios de prostitución, drogas y alcohol gratis. La organización de esas fiestas era de los hermanos Pascual. Se ha dicho que había grabaciones", manifestó el testigo.

En Calvià, también había prebendas para los agentes. Así, un conocido guardia civil de la zona de Palmanova "tenía su grupo de lacayos", según un policía local. "Los guardias consumían bebidas alcohólicas por la zona de Punta Ballena fuera de servicio y con vehículos camuflados un día casi atropellan a varios ciudadanos en un paso de peatones. Consumían gratis", según la versión de este testigo.

Un empresario de la zona de Magaluf destacó que algunos empleados del magnate Bartolomé Cursach, en prisión provisional desde el pasado mes de marzo, presumían de controlar a la Policía Local de Calvià y a la Guardia Civil. También recibían el acoso de dos funcionarios del ayuntamiento de Calvià, que sancionaban sus negocios y amenazaban con cerrarlos, mientras que siempre se beneficiaba a los locales de Cursach, que eran avisados con antelación cuando se iba a llevar a cabo alguna inspección, según el relato de este testigo. "Esta táctica de acoso organizada no tendría otra finalidad que arruinar los negocios de la competencia obligándolos a cerrar o a vendérselos a Cursach a precio de saldo", según concluyen los investigadores de la 'Operación Sancus'.

Otro empresario informó de que dos guardias civiles se dedicaban a ofrecer seguridad en establecimientos del grupo Cursach desde hacía más de tres años. Así, pudo ver a dos agentes del instituto armado en un concierto y le confirmaron luego que trabajaban de seguridad en el evento.

Según uno de los testigos, uno de los empleados de Cursach en la discoteca BCM de Magaluf creó una red clientelista entre los agentes a los que ofrecía gimnasio gratis en el Megasport y botellas de alcohol en la zona vip de discotecas como BCM, Pacha o el Megarena. Todo esto estaba enfocado a empleados públicos, a quienes les dotaba de un pase vip con acceso gratis a estos servicios, según el testigo.

El afectado interpuso varias denuncias por al acoso que sufría y el trato de favor que recibía el grupo Cursach. Uno de los empleados del conglomerado empresarial le dijo: "Qué haces poniendo denuncias, que sé que estás poniendo denuncias en la Guardia Civil. La Policía es nuestra".