Ha bastado que la Generalitat de Catalunya plantee un referéndum independentista para que el dormido nacionalismo español despierte, desempolve las enseñas nacionales, algunas de ellas inconstitucionales, y vuelva a tomar las calles.

En torno a un millar de personas -cuatro mil según delegación de Gobierno y siete mil a tenor de las cuentas de los propios organizadores- abarrotaron ayer al mediodía la plaza de Cort "en defensa de la unidad de España, única garantía de libertad y convivencia democrática", como proclamó al inicio de la lectura del manifiesto Jorge Campos, presidente del Circulo Balear organizador de ese acto y promotor de otros que tuvieron lugar simultáneamente en Eivissa, Maó y Ciutadella.

Precisamente en esta última localidad Ciudadanos denunció que al término de la concentración fue agredido su coordinador en esta ciudad, Joan Canals. Según su versión de los hechos, un joven le golpeó en la cara tras espetarle a él y a sus acompañantes "¡fachas, teníais que estar muertos!".

A consecuencia del golpe el coordinador cayó al suelo, perdió el conocimiento y tuvo que ser trasladado al hospital donde le pusieron dos puntos de sutura. Tras ser atendido, Canals interpuso la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional.

De nuevo en la concentración de Cort, Jorge Campos incidió en que "el adoctrinamiento nacionalista y catalanista, principalmente a través de la enseñanza, ha aumentado hasta provocar la fractura en la sociedad catalana y española".

"No queremos un Estado de las autonomías que provoque confrontación entre territorios, o la utilización de lenguas regionales como armas políticas de imposición, exclusión y separación: Todos los españoles tenemos los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio español", proclamó el líder del Círculo Balear en otro momento de su discurso que en todo momento estuvo jaleado con gritos de "España, unida, jamás será vencida", vivas a los diferentes cuerpos de seguridad del Estado y que concluyó con los acordes del himno nacional que los presentes tararearon con sentimiento y con un "¡Viva España!" final.