El hotelero Gabriel Escarrer y la presidenta balear Francina Armengol convirtieron ayer lo que tenía que ser un acto puramente institucional, como la inauguración del Palau de Congressos de Palma, en una demostración de que los empresarios del alojamiento y el actual Govern distan bastante de llevarse bien, y todo ello con los Reyes como testigos. Durante su intervención, el fundador del Grupo Meliá exigió al Ejecutivo autonómico un mejor uso del dinero público y rechazó la subida de la presión fiscal, momento en el que advirtió de que la aplicación de la ecotasala aplicación de la ecotasa, para además duplicarla al cabo de un año, no es el camino correcto. Al cabo de unos minutos, Armengol subió al estrado para destacar el apoyo mayoritario que la sociedad isleña concede a ese impuesto y subrayar que se trata de una vía para redistribuir la riqueza que genera el turismo, todo ello acompañado de una reivindicación ante los empresarios respecto a que es necesario mejorar los salarios. La presidenta fue la única que realizó una velada alusión a la situación de Cataluña, al defender el diálogo como "palabra que se demuestra más necesaria que nunca".

Felipe VI, que fue recibido con una gran ovación por los presentes, evitó cualquier referencia a lo que sucede en el Principado, y centró su intervención en los beneficios que el turismo aporta a España y mas concretamente a Balears, calificando su importancia de "capital" para el país, y en valorar el papel que el Palau puede jugar a la hora de desestacionalizar la economía de las islas y dar más relevancia a éstas en el contexto internacional.

Además de expresar su satisfacción y la de la Reina por volver a estar en Palma, destacó que el edificio que ayer quedó inaugurado (con el descubrimiento de la correspondiente placa) es un ejemplo de los buenos resultados que la colaboración entre Administraciones puede generar, al tiempo que valoró el trabajo realizado por todos los implicados en el proyecto, con especial referencia al arquitecto Patxi Mangado.

El Rey fue el encargado de cerrar los discursos, y antes de él fue la presidenta Armengol la que valoró el impulso que el Palau de Congressos puede dar a objetivos como el alargamiento de la temporada turística y la diversificación de la economía, sin ocultar los problemas que se han registrado hasta poder concluir el proyecto. También resaltó los beneficios que aporta la colaboración entre los sectores público y privado.

Pero tampoco evitó la polémica al encarar las palabras previas de Escarrer y defender el papel distribuidor de la riqueza de la ecotasa y reclamar subidas salariales para que ésta alcance también al bienestar de todos los ciudadanos.

El primero en tomar la palabra fue Gabriel Escarrer, que además de agradecer la presencia de los Reyes, abogó por un modelo turístico que sea sostenible, y defendió la necesidad de crear conciencia social sobre lo que ésta industria aporta a las islas y de afrontar problemas como el alquiler vacacional, la turismofobia o la estacionalidad. A lo que sumó, para cerrar su discurso, la crítica a la ecotasa.

Cambios en Palma

El alcalde de Palma, Antoni Noguera, se sumó a las palabras de elogio respecto al papel que el Palau puede jugar, pero además expuso algunas líneas de un nuevo proyecto de ciudad que dé más peso al carácter de paseo de su primera línea o que convierta el barrio de Nou Llevant en un centro de nuevas actividades económicas.

La secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asián, destacó la resistencia que esta industria ha tenido ante la crisis y el impulso que da al crecimiento económico.