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Urbanismo

Palma, Calvià y Marratxí concentran la mitad del suelo comercial

La isla dispone de 57 millones de metros cuadrados compatibles con el uso comercial, un tercio de ellos en la capital - Inca es uno de los grandes municipios con menor capacidad

Palma registra una elevada concentración de la oferta comercial de la isla. En la imagen, una vista de Fan Mallorca. G. Bosch

Palma, Calvià y Marratxí concentran casi la mitad del suelo compatible con el uso comercial que existe en Mallorca, una situación que explica la concentración existente en esta materia y que se señala como una de las causas de los problemas de movilidad que registran los accesos a la capital isleña, según se destaca en el avance del Plan Director de Equipamientos Comerciales (PECMA).

El diagnóstico realizado por el equipo redactor del citado plan pone en evidencia esta situación: Mallorca cuenta con casi 58 millones de metros cuadrados de suelo compatible con el uso comercial, sumando tanto el que ya está ejecutado como el pendiente de edificar, según señala el director insular de Territorio del Consell, Miquel Vadell. La conclusión del diagnóstico que se ha realizado para elaborar el plan determina que solo en Palma se encuentran 19,3 millones de metros cuadrados de ese suelo con compatibilidad comercial, es decir, más de una tercera parte.

A esta superficie se pueden sumar los 4,5 millones de metros cuadrados de Calvià y los 2,2 millones de Marratxí. La suma de los tres municipios, considerados como el área más directa de influencia de Palma, suman 26 millones de metros cuadrados, más de un 45% del total.

Este dato explica que una de las conclusiones del citado informe, presentado el pasado lunes a los representantes de patronales y sindicatos, entre otros, es que Mallorca padece un fuerte desequilibrio en el reparto de la atracción comercial, con una macrocefalia en torno a Palma que además ha terminado absorbiendo a Inca y su zona de influencia, como el norte de la isla.

Otros municipios

Manacor y su entorno aguantan mucho mejor. Porque este municipio es el segundo de la isla con más metros cuadrados compatibles con el uso comercial, al concentrar más de cinco millones. Y el cuarto lugar corresponde a Felanitx, con 2,4 millones.

Inca queda muy atrás, con sus 1,6 millones de metros cuadrados compatibles con la implantación comercial. Tan atrás que se ve superada por sa Pobla y sus 1,7 millones.

Otros municipios que superan el millón de metros cuadrados son Capdepera (1,1 millones), Andratx (muy cerca de 1,1), Campos (1,4), Santa Margalida (1). Y se quedan muy cerca del millón Pollença, Son Servera, Sóller y Esporles.

Estos datos suponen que, en relación a la población, Manacor y los municipios de su área de influencia registren la mayor tasa de locales comerciales, con la zona de Palma en segundo lugar y la de Inca en cola.

Una advertencia se hade desde el equipo redactor y desde el Consell: la mayoría de los ayuntamientos han sido flexibles en exceso a la hora de hacer compatible su suelo residencial e industrial con el uso comercial, lo que hace que la planificación de este último haya sido claramente deficiente, origen del problema anteriormente expuesto.

Un ejemplo: los bajos de buena parte de los edificios de viviendas existentes están ocupados por locales comerciales y de restauración.

Factura en la movilidad

Como se ha señalado, una de las facturas más importantes que se paga en Mallorca por esa deficiente distribución de los polos de atracción comercial son los problemas de movilidad existentes en los accesos a la capital. Hay que tener en cuenta que las grandes superficies más importantes de la isla se encuentran en Palma y Marratxí.

El ejemplo que se señala como clave es que algún tramo de la vía de cintura palmesana registra una circulación de vehículos que llega a superar el de la M40 madrileña, y uno de ellos es el que marca la confluencia con dos de estos grandes centros, Carrefour y Ocimax, uno de ellos dedicado básicamente al comercio y otro con una importante oferta de ocio.

De ahí la insistencia de las patronales del comercio tradicional, secundada por la consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, de que el plan director, cuya aprobación inicial está prevista para finales de octubre y que supondrá el levantamiento de la moratoria aplicada por la citada institución, debe servir para impulsar un reequilibrio que devuelva fuerza comercial al área de Inca y del norte de Mallorca como elemento prioritario.

El problema es que la normativa europea no permite limitaciones en la implantación de empresas, como las grandes superficies, por motivos económicos, lo que supone que cualquier restricción debe venir justificada por motivos de movilidad, medioambientales o urbanísticos, por citar algunos ejemplos.

Es ahí donde se piensa agarrar el Consell a la hora de limitar crecimientos comerciales en el área más saturada, como es Palma: los problemas de movilidad que la apertura de cualquier nueva superficie conlleva (se recuerdan los registrados en el tráfico de las inmediaciones de Fan cuando se inauguró) deberán ser compensados con mejoras es las infraestructuras viarias, por ejemplo, con unos costes que deberán ser asumidos por la empresa promotora del proyecto.

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