La estatua de fray Junípero Serra que se alza ante la Misión Santa Bárbara fue encontrada el 11 de septiembre decapitada y salpicada de pintura roja, una acción vandálica con la que los grupos que acusan al santo mallorquín de supremacista, cada vez más numerosos, quieren simular la sangre de los pueblos indígenas subyugados y asesinados por las misiones de California en los siglos XVIII y XIX, informa el diario local Independent.

La Misión Santa Bárbara es conocida por albergar el archivo que guarda los documentos originales de Serra, aunque fue fundada por su sucesor, el padre Fermín Francisco de Lasuén.

La agresión no es un hecho aislado, desde que Junípero Serra fue canonizado, e incluso cuatro años antes, estatuas y símbolos relacionados con el legado del franciscano mallorquín en California han sufrido ataques de diferente gravedad.

En 2011, el domingo de Pascua, en la fachada de la iglesia de la Misión de Santa Bàrbara apareció en una pintada realizada con espray con una una referencia a Cristo y al campo de concentración nazi de Auschwitz.

El pasado agosto, la estatua de Serra en Mission Hills, ubicada en un parque frente a la Misión San Fernando, amaneció con las manos pintadas de rojo y la palabra "asesino" escrita en el pedestal, informó Los Angeles Times.

En el año 2015, el año en que Serra fue canonizado, el cementerio de la Misión Carmel, donde están sus restos, sufrió numerosos desperfectos y apareció con la inscripción "Santo del Genocidio" escrito sobre una lápida. Ese año, otra escultura de Serra en Monterrey también fue decapitada, detalló también Los Angeles Times.

Al canonizar a Junípero Serra el Papa Francisco se refirió al malloquín como un "incansable misionero" que defendió a los indígenas contra los abusos de los colonizadores. Describió a fray Junípero, nacido en en 1713, como "uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos del país". Pero algunos nativos consideran que Serra sometió a sus antepasados como un conquistador más y aunque escribió cartas al virrey en México para denunciar los abusos de los soldados españoles contra los nativos, afirman que no hizo lo suficiente para evitarlos.

Estos episodios contra las estatuas solían tener un carácter anecdótico en Estados Unidos, pero todo ha cambiado después de los sucesos de Charlottesville, en Virginia, donde a mediados de agostos se reunieron miles de supremacistas blancos y neonazis para protestar por la retirada de la estatua del general confederado Robert E. Lee y el revisionismo contra las estatuas y símbolos del pasado se extendió por todo el país, afectando ahora también a la figura del santo mallorquín.