La recurrida frase de "Mallorca está de moda" nunca había sido más cierta en el mundo empresarial. Los elevados beneficios que la actividad turística está impulsando hacen que el interés de los inversores se haya multiplicado a la hora de buscar su implantación en la isla, y Palma se encuentra entre las cinco ciudades españolas donde la presión de las grandes firmas para hacerse un hueco es más acentuada. Pero en este aspecto, Mallorca comienza a parecerse a los accesos a su capital en un día nublado: hay colas. La disponibilidad de instalaciones para estas empresas es muy baja, entre otras cosas porque el que ha conseguido entrar no quiere salir, y la demanda de locales comerciales o de instalaciones hoteleras es muy superior a las que se ponen a la venta o al alquiler, según destaca la directora regional de la consultora inmobiliaria CBRE en Balears, Tonia Vera.

Un aspecto que refleja perfectamente la fuerte demanda de locales existente en Mallorca son sus precios de venta o alquiler, se señala desde CBRE. Los locales comerciales de las zonas más emblemáticas de Palma se incrementaron un 11% en 2015, para volver a subir un 4% durante el pasado año.

Pero esta tendencia se ha frenado en 2017 y estas rentas, sin llegar a descender, se mantienen básicamente estables. ¿Se ha detenido la demanda? En absoluto. Lo que sucede es que los desembolsos que se reclaman han llegado a un punto en el que, de seguir aumentando, podrían condicionar la futura rentabilidad del negocio que se quiere implantar. O lo que es lo mismo, no hay subidas, salvo casos muy puntuales, porque el posible inversor en muchos casos ya no está dispuesto a pagar más.

Elevada rentabilidad

Tonia Vera suma a este hecho un segundo factor: la rentabilidad conseguida por las empresas ya implantadas es lo suficientemente satisfactoria como para no querer abandonar el local de que disponen. Es decir, hay mucho comprador potencial, pero poca gente con ganas de vender. Eso explica también la escasa rotación de locales que se está registrando en las zonas de mayor demanda.

Esta clasificación la lidera es Born, donde se llegan a pagar 175 euros mensuales por metro cuadrado; seguido de Sant Miguel en el tramo comprendido entre la iglesia de ese mismo nombre y la Plaça Major, con sus 120 euros; Jaume III con 110; o la calle Unió con 90; a las que siguen la avenida Alexandre Rosselló o Sant Nicolau.

Esta fuerte demanda comienza a hacer que Vía Sindicato, Oms, Plaza de España o el principio de Antoni Maura se estén incorporando a la Primera División, ante el interés que algunos operadores comienza mostrar por estas ubicaciones. Pero en este punto hay que insistir en que en las zonas líderes (como Born o Sant Miquel) los alquileres apenas están subiendo este año porque el margen que ya existe para ello comienza a ser muy escaso.

Fuera de Palma, las zonas más atractivas para el inversor hay que buscarlas en el Port d'Andratx, Puerto Portals, Port de Pollença o Port d'Alcúdia, por citar algunos ejemplos, por su fuerte demanda extranjera.

El interés de empresas e inversores por hacerse con un hueco en la isla va más allá de los locales en los que instalar un comercio o un negocio de restauración y alcanza de lleno a la planta hotelera. El problema en este caso, reconoce Tonia Vera, es que apenas hay producto interesante en oferta.

Las elevadas rentabilidades que se están consiguiendo en Mallorca por parte de la mayor parte de las instalaciones de alojamiento explican que la opción de sus actuales titulares no sea la venta, sino la de invertir en su mejora y aumento de categoría.

Aquí la cola de la demanda es muy elevada, y se refleja además en las inversiones realizadas (o en ejecución) para abrir nuevos hoteles en zonas como el centro de Palma.

Reactivación de las oficinas

El empuje que la actividad empresarial está provocando en el sector inmobiliario se refleja también en la demanda de oficinas, y muy especialmente en las que se encuentran en los polígonos, según se destaca desde CBRE. La diferencia es que aquí sí hay producto en oferta a causa de las elevadas existencias de este tipo de instalaciones que se quedaron sin ocupantes debido a que la crisis paró en seco las ventas.

Esa demanda se está recuperando de forma muy apreciable de la mano de dos grandes protagonistas: el sector turístico y el vinculado con las nuevas tecnologías, dado el desarrollo que están registrando.

El crecimiento que la actividad de muchas de estas empresas está registrando hace que demanden locales de mayor espacio, normalmente por encima de los 1.000 metros cuadrados, un tipo de instalación que se encuentra fundamentalmente en los polígonos, según afirma la responsable de CBRE, dado que las disponibilidades en el centro de Palma son muy limitadas en esta materia. Pero eso supone que se comienza a absorber el stock de instalaciones de este tipo que se había generado en la isla.

En la mayoría de los casos, lo que estas empresas buscan muestra unas características muy concretas: debe de tratarse de instalaciones que tengan un nivel de calidad atractivo, que no precisen de reformas importantes y que permitan comenzar a trabajar nada más entrar en ellas.