Dos ex altos cargos del Govern que presidió Jaume Matas entre 2003 y 2007 declararon ayer en el juicio en la Audiencia de Palma que para las decisiones importantes el entonces director general de Deportes, José Luis 'Pepote' Ballester, consultaba al president.

Ayer declararon, entre otros testigos, Dulce Linares, jefa de gabinete del president Matas en esa época y miembro de la comisión ejecutiva de Illesport y del Consorcio para la Construcción del Palma Arena, y Gonzalo Bernal, exgerente de Illesport y uno de los condenados por el caso Nóos.

Linares explicó al tribunal, a preguntas de la fiscal Laura Pellón y de la abogada del Govern María Ángeles Berrocal, que Matas y Ballester tomaban las decisiones importantes sobre el velódromo y el Mundial de Ciclismo, aunque el segundo estaba supeditado al primero.

De acuerdo con la testigo, a la fundación Illesport primero y al Consorcio del Palma Arena, venían siempre las decisiones importantes -como la contratación de los tres arquitectos- tomadas por el director general de Deportes, que "ya habría hablado esas cosas antes con el president (Matas)". El también exministro de Medio Ambiente tenía en esos años un especial interés en los temas deportivos y un gran afán porque el Palma Arena estuviera acabado para la fecha del Mundial, señaló Linares.

"El señor Ballester tenía hilo directo con el president (Matas) sobre temas deportivos, pero no daba un paso de envergadura si no lo había consultado antes con Matas. Hablaban continuamente de temas deportivos", recordó la alta funcionaria que controlaba la agenda de Matas.

Dulce Linares desveló que advirtió a Ballester de que si se contrataba sin concurso a Schurmann debería constar un informe donde se reflejasen las circunstancias que forzaban el saltarse la publicidad habitual.

Bernal señaló que él redactó ese informe y que lo firmó Ballester. El primer día del juicio el antiguo director general de Deportes afirmó que él recibió un escrito de la UCI certificando que Schurmann era de los pocos expertos en velódromos cuyos proyectos se homologaban. Ese documento ha desaparecido del expediente, según lamentó Ballester y confirmó ayer Gonzalo Bernal.

Por otro lado, el primer arquitecto del Palma Arena, el alemán Ralf Schurmann, plantó ayer a la Audiencia de Palma y se negó a comparecer como testigo en el juicio contra el expresident y su exdirector general de Deportes. Schurmann justificó su ausencia en que ya declaró hace años dos veces en Palma por este caso y ofreció resolver por escrito las posibles dudas que surjan.

Schurmann, junto a los también arquitectos Jaime y Luis García Ruiz, fueron contratados a dedo entre 2005 y 2006 por el Govern de Matas para elaborar el proyecto y dirigir las obras del Palma Arena, un velódromo y pabellón deportivo cuya construcción urgía porque tenía que estar acabado antes del Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista de mayo del 2007.

Schurmann fue el primer escogido, debido a que la Unión Ciclista Internacional (UCI) lo señaló, según alegan los dos acusados, como uno de los pocos técnicos expertos en velódromos cuyas instalaciones eran homologadas por ese organismo deportivo. Matas explicó anteayer en el juicio que construir el velódromo y no conseguir su homologación o el visto bueno de la UCI para celebrar el Mundial hubiera sido un desastre.

Schurmann ha remitido un escrito a la sección primera de la Audiencia, que lo había citado formalmente, advirtiendo de que el martes día 12 (ayer) no iba a poder estar en Mallorca, sin explicar la causa de su ausencia.

El arquitecto alegó que ya había dado su versión sobre unos hechos ocurridos hace muchos años y que no estaba dispuesto a ser interrogado oralmente y en directo otra vez.

El alemán ofreció aclarar posibles dudas por escrito, algo inviable en un juicio oral. Si Schurmann hubiese residido en España el tribunal podría haber ordenado a la Policía su conducción a la fuerza, pero no es el caso.

Desde la sección primera de la Audiencia se ha intentado ponerse en contacto con el consulado español en Düsseldorf, una ciudad próxima al domicilio del testigo, para tratar de organizar una declaración por vídeo conferencia antes de que acabe el juicio, el próximo viernes.

Los hermanos García Ruiz, que fueron condenados por delito fiscal en otra pieza separada del Palma Arena, sí están citados como testigos para la vista oral. La declaración de Schurmann hubiese podido ser clave para confirmar si fue contratado verbalmente por Matas o Ballester, o por ambos, y con quién negoció su contrato para construir el Palma Arena por 9,4 millones de euros, acuerdo firmado el 10 de enero del 2005.

Schurmann cayó en desgracia por, según los acusados y varios testigos, demorarse en exceso en el proyecto y las obras. La fundación del Govern Illesport rescindió el contrato con el alemán el 23 de marzo del 2006. Sus hasta entonces asistentes locales, los hermanos García Ruiz, fueron contratados verbalmente para hacerse cargo del empantanado proyecto y luego por escrito.