El Partido Popular (PP) ha puesto en marcha la maquinaria de las reprobaciones y esta semana defenderá dos intentos de censurar a dirigentes de la izquierda, tanto en el Parlament como en el Consell. Mañana le tocará el turno al vicepresidente del Govern, Biel Barceló, que deberá defenderse en la cámara autonómica por la adjudicación de los contratos de varias conselleries de Més a su jefe de campaña electoral, Jaume Garau.

El jueves le tocará el turno a la consellera insular de Infraestructuras y Territorio del Consell, la socialista Mercedes Garrido. Será en el pleno ordinario de la institución insular donde intentarán reprobarla por lo ocurrido con la suspensión judicial del rescate del túnel de Sóller y sus posteriores declaraciones en contra de la empresa concesionaria.

En el caso de Biel Barceló, el PP intentará censuar al vicepresidente por el hecho de que su departamento, la vicepresidencia y conselleria de Turismo, otorgara un contrato menor y un contrato negociado al estratega electoral de su partido, Jaume Garau. De igual modo, le recriminarán en su condición de líder de Més que las conselleries gestionadas por el partido nacionalista adjudicaran hasta seis trabajos a Garau. Habrá que ver la postura que toma Podemos a la hora de reprobar a Barceló. Si los podemitas mantienen su fidelidad al Pacto de Izquierdas, la reprobación del PP quedará en agua de borrajas.

Pese a ello, en el PP piensan endurecer el debate en esta cuestión con el claro objetivo de debilitar la figura del vicepresidente y, de paso, la de la presidenta del Govern, Francina Armengol, al considerarla "cómplice" del escándalo de los contratos de Més con Jaume Garau.

Por otra parte, el PP en el Consell intentará reprobar a Garrido por su "reiterada actitud prepotente e inflexible que ha quedado manifiesta tras conocerse la suspensión cautelar del rescate del túnel de Sóller". El portavoz popular en el Consell, Mauricio Rovira, argumentó que el túnel de Sóller es "un capricho innecesario que en cinco años sería gratuito". Asimismo, añadió que es un asunto que necesita una "profunda reflexión" por parte del equipo de Gobierno porque "no es lo mismo que los ciudadanos de Mallorca paguen 17 millones de euros que los 30 millones que reclama la concesionaria".

En este sentido, Rovira reprochará a la consellera "su total falta de diálogo" después de afirmar en Diario de Mallorca que "la empresa concesionaria tiene cerradas desde ahora las puertas del Consell" y exigió a Garrido "un cambio de actitud". En el Consell no habrá fisuras en el Pacto y se rechazará la reprobación.