En dos días empieza el tercer curso escolar de la "legislatura de la Educación", según la anunció la presidenta, Francina Armengol, al comenzar su mandato.

En el periodo académico 2015-2016, con un Pacte recién aterrizado, la prioridad fue apagar fuegos y calmar el sector educativo tras cuatro años de guerra. Allanar y preparar el terreno. El curso 2016-2017 fue el de sembrar cambios en forma de plan (de infraestructuras; de éxito educativo...).

Y ahora, aunque en Educación los tiempos son lentos, profesores, directores y padres esperan que el curso 2017-2018 sea el de empezar a recoger algunos frutos: que se empiece a notar un cambio de tendencia para que el periodo 2018-2019, el último de la legislatura, los elementos de mejora y las maneras de actuar tengan ya su inercia y sean difíciles de revertir.

Septiembre ha arrancado con cierta preocupación por el crecimiento disparado de la población escolar y la elevada cantidad de alumnos aterrizados fuera de plazo a los que hay que escolarizar en un comunidad con déficit de plazas. El resultado de esta combinación son aulas más masificadas y aulas prefabricadas (122: la cifra más alta de la historia).

¿Cómo se solucionaría esta situación? Con dinero. Con la vuelta al ´cole´ también vuelve la reivindicación de un mayor presupuesto en Educación para poder planificar de manera más holgada y dar un salto cualitativo: no solo tapar agujeros sino poder ir un poco más allá.

Ratios

El recurso de urgencia

El aumento de alumnado sumado a la falta de infraestructuras y la obligación de escolarizar a todos los niños, lleguen cuando lleguen a Balears, no admite muchas soluciones de reacción inmediata más allá de aumentar el número dealumnos por aula.

Antoni Salvà, portavoz de la Assemblea de Docents, admite este hecho, aunque señala que las ratios en ningún caso deberían superar los límites legales, algo que el curso pasado denunciaron ante Inspección de Trabajo que sucedía en al menos trece centros.

"Este curso ya estamos preocupados con esto", indica, "un exceso de alumnos por aula supone docente sobresaturados y niños que no pueden recibir la atención que tocaría". Por ello, volverán a estar muy atentos a este tema.

Llorenç Llop, presidente de la Asociación de Directores de Secundaria (ADESMA), también tiene cierto temor de unas ratios demasiado elevadas en los institutos, ya que sabe que ahora la prioridad para Educación es desmasificar las aulas en los colegios.

El Acuerdo Marco firmado por el conseller Martí March con STEI-i y CCOO prevé un progresivo descenso de las ratios, curso a curso. El año pasado se comenzó fijando un tope de 20 niños por aula en 4º de Infantil (6 años), un techo que éste año se extiende a 5º y así progresivamente.

Las aulas masificadas es un tema que preocupa especialmente a la Federación de Asociaciones de Padres (FAPA). Su presidenta, Gloria Ferrer, ve evidente que "a ratios más reducidas, más posibilidades de un mejor rendimiento". Razona que lo ideal sería aplicar planes de mejora para que "todas las escuelas sean atractivas" y no haya desequilibrios con colegios muy demandados y otros en los que no se cubren las plazas.

'Nouvinguts'

Reparto equilibrado y recursos para atenderlos

En relación con este tema y con la llegada de alumnado nouvingut (extranjero o de otras autonomías), la presidenta de FAPA aboga por un reparto equilibrado entre la red pública y la concertada y lamenta que los tribunales anularan la normativa que establecía una reserva de plazas para estos alumnos hasta septiembre.

La norma fue impugnada por Escola Catòlica, la patronal mayoritaria de centros concertados católicos, al entender que vulneraba los derechos de las familias que solicitaban plaza en el periodo ordinario y los tribunales le dieron la razón.

"La demanda de las familias y el ordenamiento jurídico son nuestros puntos fuertes", alega Bernat Alemany, presidente de la citada patronal, que espera un curso "de normalidad" (este sector blindó el año pasado los conciertos por un periodo de seis años así que ganaron seis años de relativa de tranquilidad).

Las ratios son también la principal preocupación para los colegios públicos de la costa (puntos de atracción para familias en busca de trabajo): "Estamos desbordados", asegura Joana Maria Mas, presidenta de la Asociación de Directores de Primaria (ADIPMA) y directora del colegio Ses Rotes Velles de Santa Ponça. "Estamos preocupados porque no paran de llegar niños que no entienden ninguna de las dos lenguas oficiales, con familias que están desubicadas, aún sin vivienda fija... su aterrizaje no es fácil y necesita más atención que un niño ya integrado, ¿tendremos más recursos para atenderlos?", resume.

En teoría, este tipo de estudiantes podrían ser catalogados como NESE (con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo) y, también en teoría, la Conselleria asigna recursos extra a los centros que exceden determinado porcentaje de alumnos NESE, pero la realidad es que esta clasificación no es automática y estudiantes que requieren apoyo extra no llegan a ser considerados como NESE y finalmente los centros se han de apañar como puedan para atenderlos.

Mas usa la palabra "angustia" para describir este septiembre de llegadas constantes y señala que no se esperaban un volumen tan grande de matrículas tardías.

Infraestructuras

El camino está iniciado

El camino para acondicionar las infraestructuras y crear plazas está iniciado, pero es largo y requiere paciencia. Es difícil compensar un déficit histórico que se suma a los cuatro años de parón de la anterior legislatura.

Este verano se han acometido obras en 75 centros educativos por valor de 12 millones y el presupuesto para todo el año para este tema es inaudito: 21 millones.

El nuevo centro de Son Macià abre sus puertas el miércoles y este curso se iniciarán las obras del nuevo colegio de Santa Maria, así como obras de ampliación en el IES Binissalem y el Conservatorio. Por ello, se espera que según se vayan acometiendo estas reformas puedan irse retirando aulas prefabricadas. El objetivo es llegar a 2019 con entre 40 y 60 aulas modulares. También está en la agenda más inmediata echar a rodar los proyectos de centros muy necesitados en municipios como Campos o Alcúdia.

Miembros del sector educativo admiten que se ha hecho un gran esfuerzo, pero señalan que en su momento ya dijeron que el Plan de Infraestructuras es "insuficiente" ante la grave situación de Balears. Así lo recuerda Cosme Orell, representante del STEI-i, que lamenta la elevada presencia de prefabricadas ("no nos gustan mucho") pero admite que de alguna manera se ha de dar respuesta a las peticiones de matrícula.

Presupuesto

Promesas electorales

Directamente relacionado con el punto anterior (y con todo en realidad) están las reivindicaciones de aumentar el presupuesto para Educación, algo que todos los consultados demandan. "Estaba en el programa electoral de los partidos del Govern", recuerda Orell: "El PSIB prometió llegar a invertir un 5% del PIB en Educación y MÉS, aumentar cada año un 10% el presupuesto". En 2017 Educación ha contado con en 882,5 millones (un 7,6% más que el 2016) pese a la campaña que, con el respaldo del Consell Escolar, reclamaba al menos mil millones. El incremento de la inversión es una de las principales reivindicaciones del sector.

Personal

No reducen horas lectivas

Desde la Assemblea de Docents muestran su rechazo al incumplimiento del Acuerdo Marco en lo que se refiere a la reducción de las horas lectivas del profesorado de Secundaria.

Educación finalmente no bajará las horas semanales de docencia de 19 a 18 como se había pactado, "lo que ha supuesto dejar de contratar a 300 profesores más", asegura Salvà. La Conselleria argumenta que hay otras necesidades educativas más urgentes.

Desde los institutos, Llop cree necesario aumentar la presencia de educadores sociales; orientadores y personal de Pedagogía Terapéutica para combatir el fracaso escolar: "Hay que evaluar los institutos más sensibles y dotarlos de más recursos, usar criterios cualitativos más que cuantitativos".

La falta de personal de Atención a la Diversidad es una inquietud señalada tanto por Llop como por Ferrer, Mas y Orell.

Líneas para el éxito

Objetivo: bajar la tasa de repetición a la media española

El Plan de Éxito Educativo apunta al medio-largo plazo, pero ya fija objetivo a alcanzar en 2018: bajar la tasa de repetición en 4º de ESO, que es del 40%, hasta la media nacional, situada en el 30%.

En términos pedagógicos, el representante de los directores de Secundaria también ve necesario evaluar medidas adoptadas como impartir clases de Inglés en grupos reducidos ("una medida muy cara"). Llorenç Llop también ve importante cumplir con el compromiso eterno de dignificar la FP así como dotar de los recursos y herramientas necesarias a los colegios e institutos que participan en el Plan de Mejora e Innovación Pedagógica, un camino que cada vez más centros quieren recorrer pero con garantías.