Un empresario de Magaluf aseguró ayer ante la jueza de penal 1 que se ha arruinado y ha perdido 15 millones de euros por las supuestas presiones y acoso que le estaría haciendo el grupo empresarial presidido por Bartolomé Cursach, en la cárcel desde el pasado 2 de marzo por dirigir una presunta trama de corrupción. La declaración del empresario tuvo lugar en la vista oral que se sigue contra José C.R., el joven de 30 años acusado de acosar e intimidar a otro testigo que desde 2014 ha desvelado supuestos delitos cometidos por Bartolomé Cursach y su entorno en la zona de Punta Ballena, especialmente la Plaza de las Pitiusas.

El primer testigo propuesto por el fiscal Miguel Ángel Subirán que compareció ayer en la vista aseguró que hasta hace poco poseía 15 locales comerciales en la Plaza de las Pitiusas, negocios que había heredado de su familia.

El declarante afirmó que hasta 2013 tuvo negocios a medias con el Grupo Cursach, siendo su interlocutor Bartolomé Sbert, director general del holding encarcelado también desde marzo.

"Sbert me dijo que ganaba demasiado dinero con aquellos negocios, que no colaborarían más conmigo y que les vendiera el negocio por nada (de dinero)", explicó el empresario.

Según el testigo, a partir de aquella ruptura personas del entorno de Cursach, incluido el acusado, se dedicaron a acosarle e impedir que la clientela acudiera a sus locales, lo que le habría llevado a la ruina. "Tenía préstamos por valor de 15 millones en los bancos y no pude pagarlos; los ejecutaron y perdí los locales, mi casa, una finca en Algaida y otras propiedades".

De acuerdo con el empresario, el testigo que denunció las amenazas, seguimiento y acoso por parte de José C. también ha perdido su casa y su patrimonio como consecuencia del supuesto atosigamiento del Grupo Cursach. "Pidió ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento de Calvià y se la denegaron, pese a tener dos hijos a su cargo: le dejé una caseta en el campo para que pudiera vivir allí", añadió el empresario.

"Me dijeron que Cursach quería comprar toda la Plaza de las Pitiusas para hacer un Megapark cerca de BCM y los negocios que había allí le estorbaban", explicó.

El empresario manifestó que ni la Policía Local de Calvià ni la Guardia Civil acudían con premura cuando ellos denunciaban incidentes en supuestamente a cargo del Grupo Cursach. En la causa obra un vídeo de un alboroto con una carretilla elevadora (un toro) manejada por un supuesto empleado de Cursach y que intentó llevarse a la fuerza la furgoneta del declarante.

Por otro lado, Vicente Campaner, el joven abogado al que la supuesta víctima del acoso de José C. le ha acusado de ofrecerle un soborno de 140.000 euros para no incriminar a Cursach, intentó ayer declarar como testigo en el juicio para negar esos cargos. La juez no lo autorizó.