La patronal hotelera muestra en estos momentos una evidente fractura respecto a la subida salarial que deberá aplicarse a partir del próximo año. En un lado se encuentra el grupo liderado por Riu y en el que están presentes otras grandes cadenas, que defiende un incremento sustancial que garantice la paz social en un sector que atraviesa por uno de sus mejores momentos, y en el otro aparece como figura más destacada la empresa Grupotel, acompañada por las principales asociaciones del norte de Mallorca, contrarias a la posibilidad de asumir fuertes desembolsos tras la negociación de un nuevo convenio. De momento ganan los segundos, un factor que se señala como una de las causas que ha llevado a la actual presidenta ejecutiva de la federación, Inmaculada Benito, a abandonar el cargo. Sobre el tablero de juego se encuentran también los sindicatos, que vaticinan un "verano caliente" para 2018 si no hay acuerdo, y un Govern que intenta favorecer el consenso por encargo de su presidenta, Francina Armengol.

Fuentes de la patronal hotelera no ocultan que el Ejecutivo de Armengol, de la mano del equipo de la conselleria de Trabajo, ha estado manteniendo contactos para impulsar un acuerdo entre patronal y sindicatos. En opinión de los empresarios consultados, el objetivo de la presidenta balear es conseguir que, un año antes de las próximas elecciones autonómicas, no haya tensiones sociales en el sector turístico, y que los hoteleros acepten subidas salariales de importancia que además arrastren tras de sí a otros segmentos empresariales, con el fin de esgrimir esta avance como aval electoral ante muchos trabajadores.

Fuentes empresariales señalan que durante los últimos meses desde el Govern se han mantenido contactos con Inmaculada Benito para elaborar una propuesta que contemple un alza salarial del 5% anual durante un periodo de cuatro ejercicios, según adelantó ayer Diario de Mallorca.

El problema radica en que por el momento el debate lo están ganado los que se niegan a asumir esta subida y quieren aplazar cualquier negociación al inicio de 2018. El pasado mes de mayo la asamblea hotelera puso a votación si se iniciaban antes las negociaciones con los sindicatos para cerrar un acuerdo a lo largo de este año. Ganaron los que se opusieron al avance de esa negociación.

Contactos estivales

Sin embargo, el tema se ha seguido abordando durante julio y agosto, con Inmaculada Benito como interlocutora frente a los representantes del Govern, una negociación que ha quedado por ahora bloqueada por la decisión de esta última de abandonar la presidencia de la patronal y marcharse a Iberostar. No se oculta que la victoria en este debate sigue perteneciendo a los que se oponen a las fuertes alzas salariales, que alegan que el tema se zanjó en la asamblea de mayo.

Las grandes cadenas hoteleras, que se ven acompañadas por otras empresas de menor tamaño, han adoptado una postura partidaria del acuerdo con los sindicatos. En este grupo se encuentran Iberostar, de Miquel Fluxá, y como figura más destacada, Carmen Riu, de Riu Hotels. Dos son los argumentos básicos que ésta última ha venido exponiendo entre sus compañeros hoteleros para defender el pacto con UGT y CCOO: una subida salarial consistente y durante varios años garantiza la paz social en el sector, lo que es bueno en un momento en el que los ingresos no dejan de crecerlos ingresos no dejan de crecer, pero además ayudaría a mejorar la imagen de este sector empresarial, muy deteriorada ante las acusaciones de que se niega a compartir con sus trabajadores la riqueza que se está generando.

Pero en el lado opuesto está la postura que por el momento prevalece y que se opone a abrir ya esa negociación con los sindicatos y a contemplar fuertes incrementos en las retribuciones. En este caso, el liderazgo recae en Margalida Ramis, directora general de Grupotel, que es la que ha mantenido un rechazo más firme, aunque se ha visto acompañada de otros presidentes de asociaciones hoteleras de la zona norte de Mallorca, como Jaume Horrach de Alcúdia o Gabriel Llobera de Platja de Muro. La importancia de este hecho radica que este último, de Garden Hotels, asumirá la presidencia en funciones de la Federación Hotelera de Mallorca en cuanto este mes se produzca la marcha de Inmaculada Benito.

Fuentes del Ejecutivo balear aseguran que pese a la salida de esta última no van a desistir en su intento de promover un acuerdo entre patronal y sindicatos que asegure una mejora sustancial en los salarios fijados en el convenio más importante de Balears y que debe de negociarse durante 2018.

Pero Llobera no sirve como interlocutor, por lo que no se descarta que las conversaciones se mantengan de momento con los responsables de la grandes cadenas para que sean estos los que mantengan su defensa de la necesidad de buscar cuanto antes un consenso con UGT y CC OO.

¿Y qué dicen los sindicatos? Sus responsables son conscientes de que la línea dura la mantienen por ahora Grupotel y Garden, y no dudan en pronosticar una próxima temporada turística "caliente" desde el punto de vista laboral si prevalece la estrategia de estos grupos hoteleros.

Tanto desde UGT como desde CC OO se defiende que el protagonismo en la negociación de un nuevo convenio les corresponde a ellos, y no al Govern, y no se duda en poner sobre la mesa la palabra "huelga" de cara al próximo verano si no se aplican aumentos salariales que en su opinión deben de ser de dos dígitos durante la vigencia del acuerdo.