El boom turístico que vive Balears multiplica las posibilidades de hacer negocio, y prueba de ello es la fase expansiva en la que ha entrado su tejido empresarial, que ha alcanzado niveles sin precedentes durante este verano. El pasado julio se cerró con 48.120 empresas de alta en la Seguridad Social, un número desconocido hasta ahora en las islas y que supera claramente el que se registraba antes de que se iniciara la crisis.
Hay un responsable evidente de este crecimiento del empresariado balear, como es el sector servicios, en el que se enmarcan las actividades más vinculadas al turismo, como las empresas de alojamiento o la restauración. Porque tanto la construcción como la industria se mantienen en niveles inferiores a los de 2007.
¿Qué suponen esas 48.120 empresas de alta? Para empezar, que hay 1.005 más que en 2016 por esas mismas fechas. Pero lo que es más importante, que suman 168 más que en junio de 2007, fecha en la que se registró el record anterior. Además, en ese último año el peso del ladrillo era claramente desproporcionado, y ahora es el sector servicios el que registra una velocidad de crucero.
Durante el pasado mes de julio la cifra de empresas de alta en el sector servicios fue de 39.326, cuando en el verano de 2007 el máximo alcanzado se situó en las 36.394. El hecho de que en estos momentos haya casi 3.000 empresas de servicios más que hace una década no solo muestra la bonanza que la actividad turística presenta, sino que además permite compensar el déficit que se mantiene en la construcción y en la industria.
Ajuste en el ´ladrillo´
En concreto, en el sector del ladrillo se han contabilizado durante el pasado julio un total de 5.640 altas en la Seguridad Social, una cifra claramente superior a la del mismo mes del pasado año (5.274), lo que refleja la paulatina recuperación que esta actividad esta registrando (ayudada por la modernización de la planta hotelera, lo que muestra el ´efecto contagio´ que el turismo tiene en las islas), pero que queda muy lejos de los 7.793 centros de trabajo de alta contabilizados en julio de 2007. También es necesario recordar que nadie, ni siquiera las empresas constructoras, aspira a recuperar los niveles de actividad que el ´ladrillo´ mostraba durante los años de la ´burbuja inmobiliaria´.
Algo parecido sucede con la industria balear: este año ha contabilizado 2.984 empresas de alta, con una ligera mejoría respecto a las 2.920 de julio de 2016, pero lejos todavía de las 3.276 de ese mismo mes de 2007. Hay que tener en cuenta la dependencia que muchos segmentos industriales de las islas tienen de la actividad constructora.
Menos relevante es la evolución del sector agrícola y pesquero por su escaso peso empresarial, ya que en julio de este año se contabilizaba 169 empresas, una más que en ese mismo mes de 2016 y muy por debajo de las 391 de 2007.
Pero la bonanza que se vive en el sector servicios de la mano del turismo no alcanza a todas sus ramas. Y una de las que presentan un peor balance es el comercio minorista: el pasado mes de julio presentaba 7.438 negocios de alta, por debajo de los 7.590 registrados un año atrás, y lejos de los 8.275 del verano de 2007. Desde el sector se explica esta tendencia por el impacto negativo que sobre muchas tiendas tradicionales está teniendo la apertura de nuevas grandes superficies.
Por contra, el balance es claramente positivo entre las empresas hoteleras y de restauración. El pasado julio sumaron entre ambas actividades un total de 10.182 altas (7.857 por lo que respecta a los servicios de comidas y bebidas y 2.325 en los de alojamiento), mejorando así la cifra de 2016, de 10.072, y muy por encima de las 8.770 correspondientes a ese mes de 2007.
