La comunidad musulmana afianza su implantación en Mallorca con la llegada de más inmigrantes procedentes de países de confesión musulmana y la apertura de nuevos centros de culto. El registro de entidades religiosas del Ministerio de Justicia cifra en 45 las mezquitas y oratorios abiertos en la isla. Son cuatro más que hace un año y aunque la mayoría, catorce, se ubican en Palma, se extienden por casi todos los municipios. La cifra asciende a 57 en todo el archipiélago.

Montuïri, Petra, Son Servera, Vilafranca o Campanet son algunas de las localidades en las que hay abiertos algunos de estos centros. Ha habido una expansión desde 2006, cuando solo había cinco de estos templos registrados, todos ellos en Palma.

En cambio, el número de parroquias católicas dependientes de la Diócesis de Mallorca, en torno a 150, se mantiene estable en los últimos años.

El aumento de la inmigración en la última década ha ido de la mano de la inauguración de nuevos templos en toda la isla. En algunos casos poniendo a prueba la convivencia con los residentes, y en otros manteniendo un pulso con los ayuntamientos.

Trabas en Campos y Sant Joan

"Llevamos cuatro años intentando alquilar un local en Sant Joan, pero el alcalde no nos da la licencia porque dice que está a menos de quinientos metros de la iglesia", lamenta Francisco Javier Giménez, presidente de la Liga Musulmana de Balears y secretario de la Federación española de entidades islámicas. "Obviamente no hay ninguna normativa que impida abrir una mezquita al lado de una iglesia. El local cuenta con todos los permisos y no vamos a desaprovecharlo", relata Giménez.

En Campos ha surgido otro conflicto. "A la comunidad musulmana de allí le costó mucho encontrar un local más grande que el que tenían. Y cuando lo encontraron, el alcalde se sacó de la manga una moratoria para la apetura de nuevos lugares de culto. Siempre hay resistencias, también de los vecinos. Pero en este caso no se entiende porque antes ese local era una discoteca y nadie se quejó", argumenta el líder de la Liga Musulmana.

Sobre el papel, cualquier local es susceptible de convertirse en un lugar de culto musulmán. Y el dinero para pagarlo, tanto si se trata de una compra como de un alquiler, sale de las aportaciones de cada uno de los fieles que integran una comunidad.

Consell acoge la que en su día fue la primera madrasa del Estado, una escuela coránica inaugurada en el año 2000 y por la que han pasado fieles de Europa y América. En algunos casos, con la intención de convertirse en imanes. En otros, por la necesidad de acercarse al Corán.

En Balears hay alrededor de 52.000 personas de confesión musulmana, según datos del INE. Por nacionalidades, el mayor colectivo es el marroquí, algo más de 23.000 residentes. Unos 17.000 son españoles (hijos de inmigrantes nacidos en las islas) y algo más de cuatro mil son de origen senegalés. También hay importantes comunidades de pakistaníes y malienses, la mayoría de los cuales son musulmanes.

Mallorca ha dejado atrás el choque cultural que supuso la irrupción de inmigrantes de confesión musulmana en la isla. La segunda generación, nacida aquí, ronda los veinte años y vive completamente integrada en la sociedad. Las islas son, salvo episodios puntuales, una región libre de islamofobia. Aunque el colectivo sigue lidiando con la desconfianza que genera entre una parte de la población.

La Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia (PCCI) registró diez incidentes en Balears en 2016, una cifra que queda lejos de los 37 sucesos documentados en Andalucía y Catalunya. El más sonado fue el despido de una mujer por parte de Acciona por llevar el velo islámico en el trabajo. En febrero de este año un juzgado condenó a la empresa por vulnerar la libertad religiosa de la trabajadora en lo que fue una sentencia pionera.

El informe de este movimiento cívico e independiente se nutre de numerosos casos de islamofobia aparecidos en las redes sociales. Como el de un usuario que el pasado octubre publicó la foto de tres mujeres con hiyab paseando por Palma acompañada del siguiente texto: "No lo tolero ni lo admito. Me da asco. Ensucian nuestro paisaje urbano".

Tranquilidad tras el atentado

El dossier de la PCCI también documenta un incidente sucedido en Menorca en abril, cuando la Asociación de Mujeres Musulmanas 'Annoor' denunció ante la Guardia Civil una serie de pintadas aparecidas en algunos tramos de la carretera que une Maó con es Mercadal. "Europa cristiana, nunca musulmana" o "Europa despierta; stop Islam", son algunas de las frases que pudieron leerse en los márgenes de la vía.

Un atentado yihadista como el sucedido la pasada semana en Barcelona y que ha costado la vida a quince personas "hace más pesado el día a día" de los musulmanes en España, afirma Giménez. "Está la exigencia de que nos pronunciemos en contra de esos ataques y por supuesto lo hacemos. Y puede que haya algo más de desconfianza hacia nosotros de la normal, pero a diferencia de otros lugares en Mallorca no ha habido ningún problema", subraya el presidente de la Liga Musulmana de Balears.

Tampoco, asegura, se ha intensificado la presión policial. Las labores de investigación y vigilancia de este colectivo corresponden a los servicios de Información de la Policía Nacional y a la Guardia Civil.

Los dos cuerpos realizan visitas periódicas a los diferentes lugares de culto cada dos meses para tratar de recabar información sobre el movimiento de fieles. Interesa saber, sobre todo, si han estado en lugares como Irak o Siria, países en los que pueden recibir adoctrinamiento para luego convertirse en yihadistas.

Asimismo, cada mezquita y oratorio está obligado a informar de la contratación de un nuevo imán, cuyo historial es objeto de una minuciosa investigación por parte de los agentes. Todas esas pesquisas policiales se mantienen dentro de la más estricta confidencialidad.