Mallorca parece estar muy cerca de tocar techo en verano: en este mes de julio el número de turistas se redujo ligeramente respecto al verano pasado, aunque a cambio aumentó hasta un nuevo récord la cifra de pernoctaciones. O traducido: vinieron unos pocos menos turistas pero se quedaron más noches en los hoteles, con lo que la masificación de la isla creció por la parte que toca a los establecimientos hoteleros. Y a juzgar por las cifras de pasajeros del aeropuerto,que por primera vez este julio movió cuatro millones de personas en un mes, también la parte de masificación que le corresponde al alquiler turístico legal e ilegal se vio incrementada, antes de que este mes de agosto entrase en vigor la Ley Barceló, con la que el Govern se ha dotado de herramientas para perseguir y multar de forma rápida, contundente y efectiva el alojamiento ilegal de turistas en pisos. Aunque si se cuentan solo los clientes de los hoteles, documentados por el Instituto Nacional de Estadística, la masificación está servida: solo en la isla de Mallorca se alojaron en el mes de julio más turistas que en toda la costa andaluza. Los datos son elocuentes: frente al 1.216.655 viajeros que se hospedaron en los hoteles de Mallorca, los 945 de playas, núcleos turísticos y hoteles de Andalucía apenas llegaron a 1.198.979.

Más ilustrativa de la saturación mallorquina es la comparación con Canarias. Sus siete islas principales doblan en territorio y población a Mallorca, pero este julio se repartieron la mitad de turistas. Solo entre Tenerife y Gran Canarias, las dos islas más grandes del archipiélago atlántico, suman la misma superficie que Mallorca, 3.600 kilómetros cuadrados. ¿La diferencia? Pues mucha. O, más bien, muchas: 635.881 turistas, que ese es el número de viajeros adicionales que alojó Mallorca en junio. La principal isla balear duplicó en turismo a las dos mayores islas de Canarias: frente a los 1.216.655 viajeros que se alojaron en los hoteles de Mallorca, Gran Canaria y Tenerife apenas sumaron 580.774, una cantidad que tampoco se aproxima a la mallorquina si se le añaden los clientes hoteleros de todas las Canarias, un total de 886.869. Por eso en Canarias no se habla de saturación ni hay turismofobia, mientras en Balears el Govern acaba de crear un techo máximo de alojamientos para turistas.

Y si lo del techo de camas no se entiende en Canarias, menos aún lo van a comprender en Asturias: allí, con un territorio tres veces más grande que el de Mallorca y casi la misma población que la isla, alojaron en julio a 116.263 turistas hoteleros, con lo que les faltan 1.100.000 clientes en un solo mes para aproximarse a la comprensión del concepto de masificación turística que tanto preocupa en la sociedad mallorquina.

Palma y Calvià crecen

Aunque incluso en Mallorca la cosa va por barrios. O por pueblos: mientras en el interior de la isla se aplaude el alquiler turístico por su impulso económico, en Palma o Calvià cada dato de crecimiento es recibido entre la crítica y la duda. Y aun así es justo ahí donde más se crece: aunque en el conjunto de Mallorca la cifra de turistas bajó levemente este julio (por la bajada de los destinos del municipio de Sant Llorenç), en Palma, Calvià y Capdepera el volumen de clientes hoteleros aumentó entre un 5% y un 10%, récord al que luego hay que sumar los miles de viajeros que se sospecha que se alojaron ilegalmente en pisos.