También el discurso hotelero ha cambiado desde 2014. Entonces se consideraba un riesgo "inasumible" aplicar a las plantillas subidas fuertes de salarios, cuando la economía europea aún renqueaba por la crisis de 2008. Los sindicatos asumieron en gran medida ese temor empresarial y se cerró el acuerdo que estos cuatro años de éxito ha llevado a subidas de beneficios muy fuertes, que no han repercutido con igual vigor en las plantillas. Los empresarios hoteleros son conscientes de ello, y aseguran, a través de la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma Benito, que serán "sensibles" a las demandas de los trabajadores, aunque con un matiz importante: "Los empresarios son sensibles a esas demandas de mejoras salariales y de condiciones de trabajo, pero siempre y cuando sean sostenibles para unas empresas hoteleras que tienen que seguir invirtiendo en mejorar la oferta y adaptarla a la demanda del mercado", explica Inma Benito, aludiendo así a los mil millones que han invertido los hoteleros de Mallorca en los últimos cinco años, una de las claves que explican la fuerte mejora de precios y rentabilidad que se han apuntado las empresas.

El objetivo es que se mantenga esa dinámica, y que de ella se beneficien más y mejor también los trabajadores, dice Benito, que no entra en cifras de subida salarial (aunque en el sector los empresarios reaccionan con asombro a la propuesta sindical de subir más del 10%). La presidenta hotelera explica además que las inversiones en calidad están haciendo incluso que los salarios suban "muy por encima del convenio en algunos casos y puestos", dice. "Cuesta muchísimo encontrar cocineros o personal de sala, al que cada vez se le pide más cualificación, más idiomas, más preparación, así que es difícil encontrar a gente, y cuando lo haces, se paga por ello".