El Govern ha acordado hoy la suspensión de autorizaciones de nuevos pozos de agua en zonas sobreexplotadas y la prohibición de nuevas autorizaciones y concesiones de aguas subterráneas para instalaciones deportivas con superficie de riego igual o superior a tres hectáreas, lo que afecta fundamentalmente a campos de polo. Se trata de dos medidas cautelares que estarán en vigor hasta la aprobación definitiva de la revisión del Plan Hidrológico balear, que la próxima semana saldrá a exposición pública durante seis meses.

El conseller de Medio Ambiente, Vicens Vidal, ha explicado que el objetivo de esta moratoria es evitar el "efecto llamada" que puede provocar las medidas que contemplará la revisión del Plan, en el sentido de pedir autorizaciones ante el riesgo de que, una vez aprobado, no sea posible hacerlo.

La revisión del Plan Hidrológico contempla la situación en la que se encuentran las masas de agua en Balears, a partir de la cual se establecerá la prohibición de autorizaciones y concesiones en masas sobreexplotadas y medidas de gestión de la demanda, entre las que se encuentran la obligación de presentar la cédula de habitabilidad para obtener la concesión de suministro de uso doméstico en suelo rústico, una medida que el anterior Govern eliminó en 2012, lo que hizo que en un año se duplicaran las solicitudes de pozos en rústico para uso doméstico, según ha resaltado Vidal.

Según los datos aportados por el conseller, en la actualidad hay 30 masas de agua en mal estado en las islas, coincidentes con zonas costeras. En total, el 26 por ciento de las masas de agua subterránea está en buen estado y el 29 por ciento se encuentra en riesgo. El 39 por ciento no está en buen estado pero se prevé que con las medidas del Plan se recupere para 2027 y 2033. El 6 por ciento restante, en cambio, ya no será recuperable.