Pese a un calor que derrite, el saludo es gélido entre dos personas que se encuentran una mañana de agosto delante de la Plaza de Toros de Palma. Un saludo tan frío como si se lo hubiesen dado en Invernalia. Para uno de ellos, el empresario y ganadero Juan Nigorra, taurino de pro (emparentado con el fundador de la Feria de San Isidro), esta plaza es su segundo hogar. Allí entra y saluda a todo el mundo. Habla con el mayoral, con el vigilante, y comenta con el único criador mallorquín de toros de raza las últimas novedades. Es día de corrida y ocho toros están a punto de ser sorteados antes de salir al ruedo.
En el exterior, el receptor del frío saludo es Guillem Amengual. En el lema de su camiseta de color rojo se encuentra la explicación a esa frialdad: 'Jo vull una Mallorca sense Sang', la consigna de los antitaurinos de la isla. De hecho, Amengual es el portavoz de la campaña 'Mallorca Sense Sang', que ha conseguido que más de una treintena de municipios se declaren contrarios a las corridas.
Además, ejerce de coordinador local de AnimaNaturalis. Sólo ha pisado esta plaza de toros para acudir a conciertos. Nunca ha ido a ninguna corrida y espera que nunca más se vuelva a celebrar una en la isla.
Este diario organiza el encuentro entre ambos para conocer sus opiniones encontradas sobre la Ley de Toros que ha aprobado recientemente el Parlament. Una Ley 'a la balear' que establece que no puede haber sangre ni muerte en las corridas. Sin espadas, sin banderillas y sin picas. Con controles antidopaje para los toreros y para los animales.
El debate empieza con tanteos y se va calentando a medida que avanzan los temas. ¿Toros: cultura o barbarie?, ¿está politizado el movimiento antitaurino?, ¿debería desaparecer definitivamente el 'correbou'?
Futuro de las corridas
¿La Ley de Toros a la balear da la puntilla a los espectáculos taurinos en la Comunidad?
-Juan Nigorra (J.N.): Es un fraude de ley con dolo, concebido para impedir la celebración de corridas. Lo han hecho intencionadamente, incumpliendo una sentencia del Tribunal Constitucional, que dice que se trata de un bien de interés cultural, que no se puede prohibir. Además, ¡ya existe un reglamento taurino que regula las corridas!
-Guillem Amengual (G.A.): Es un paso más en la abolición de la tortura y de la muerte para la diversión de algunos. Está claro que hay que esperar aún a lo que diga el Tribunal Constitucional. Pero lo que dicen los taurinos les retrata: está claro que no quieren corridas sin sangre, dicen que son inviables. Hay que recordar que más de 34 municipios se han declarado antitaurinos. Y se han recogido unas 360.000 firmas en toda España, y...
-J.N.: Quiero que conste que nosotros no reconocemos estas firmas. Hay algunas en las que han firmado como 'Manolete'.
-G.A. (Se ríe y niega con la cabeza): Eso no es verdad.
-J.N.: Con la nueva ley, las corridas no se van a celebrar. Ellos lo saben. Ni una sola de las condiciones que marca la ley hace viable organizar una corrida. El toro no se puede torear sin picar, sin banderillas... Su muerte es la suerte suprema de las corridas de toros.
La Ley también obliga a hacer controles antidopaje, tanto al toro como al torero.
-J.N.: (ríe) ¿Control antidopaje? Que se lo hagan a cualquier conductor. ¿Qué quieren que haga la gente que cría estos animales? ¿Que hagan un stock con ellos? Es una raza concebida para esto. ¿Por qué estos animalistas no van a protestar a los mataderos? ¡Ahí también matan animales!
-G.A.: ¿Qué problemas hay que pasen un control antidopaje? Los deportistas los pasan, cada poco tiempo. Lo que se ve es que ellos quieren la tortura del animal.
-J.N.: En una corrida de toros se tiene que matar al toro.
Acceso de menores
Amengual y Nigorra debaten en un bar cercano a la Plaza de Toros. Entre una limonada y un agua con gas, la discusión salta al tema de las concentraciones de antitaurinos que se convocan ante cada corrida en la isla.
-J.N.: No veo presión en que haya 30 ó 40 personas fuera de la plaza protestando mientras dentro hay 8.000 personas. Mira, él (dirigiéndose a Amengual) no puede opinar sobre esto, porque nunca ha asistido a una corrida de toros ni ha ido a una ganadería. Sólo han visto toros por Youtube. ¿Nos llaman crueles, sádicos? No lo quiero convencer.
-G.A.: ¿Acaso yo no sé lo que es la tortura? No tengo por qué agredir a una persona para saber que eso es maltrato. Y lo mismo con los toros.
-J.N.: Lo único que pido es que se respeten las leyes. Y existe la Ley 10/2015, que declara a las corridas de toros como patrimonio cultural inmaterial. Sin Estado de Derecho, no hay democracia. Si no, ¡acabamos como Venezuela!
-G.A.: (ríe irónicamente y mueve la cabeza de lado a lado) Pues aquí hay leyes, señor Nigorra, que los empresarios taurinos pasan por alto. Como la entrada de menores, que está prohibida.
-J.N.: Eso no es así. La Ley 18/2013 dice que los poderes públicos deben apoyar la tauromaquia y promocionarla entre niños.
-G.A.: La ONU ha dicho que no. Un informe del Comité de Derechos del Niño es partidario de prohibir la asistencia de menores. Y, ya que usted, señor Nigorra, habla tanto de leyes, yo tengo que hacerle una pregunta. Si el Tribunal Constitucional aceptara esta ley, ¿aceptarían ustedes esta decisión?
-J.N.: Nosotros acatamos lo que nos dicen los tribunales.
El correbou
El 'correbou' de Fornalutx
-G.A.: No estamos satisfechos con la regulación del 'correbou'. Íbamos a presentar un recurso (para acabar con el 'correbou') y lo teníamos ganado. La Ley 92 de Protección de Animales, que dice que estos festejos tienen que demostrar que se han celebrado de forma ininterrumpida durante los últimos 100 años, y no es el caso de Fornalutx. Finalmente, el PSIB se echó para atrás y ha permitido que siga existiendo el 'correbou'.
-J.N.: Yo al 'correbou' lo respetaría como tradición, pero considero que no es un arte como la tauromaquia.
Politización
La conversación alcanza el clímax cuando Nigorra acusa al movimiento antitaurino de estar politizado.
-J.N.: El movimiento antitaurino es un movimiento independentista y catalanista. Amengual ha ido en listas de MÉS al ayuntamiento de Palma. MÉS es un partido independentista, que sigue los pasos de Cataluña.
-G.A.: Eso es un argumento absurdo. Yo puedo militar en el partido que quiera. No existe politización en el movimiento antitaurino. Es un movimiento que empezaron los ciudadanos, en defensa de los animales. No lo mueven ni el PSIB ni Més ni Podemos.
-J.N.: Lo que quieren es prohibir las cosas que nos unen a los españoles, como hacen con el castellano en las aulas.
-G.A.: Igual yo soy más español que usted. No hace falta llevar una pulserita con la bandera española para serlo.
J.N.: ¡Les causa urticaria todo lo que huela a España! Por eso las dos comunidades en las que hay movimiento antitaurino son Cataluña y Baleares.
-G.A.: La defensa de los derechos de los animales es una cuestión que no tiene color político. Lo que queremos nosotros es acabar con la crueldad de las corridas de toros. Pero también de otros espectáculos que utilizan animales. En este sentido, hay que recordar que la nueva ley autonómica prohíbe los circos con animales.
