Llegan más turistas que nunca, pero los hoteles están más vacíos. Está siendo un verano extraño para los hoteleros, que en un mes tan sensible como julio bajaron su cifra de negocio a pesar de que Mallorca está saturada. "La ocupación ha disminuido tres o cuatro puntos. Este julio hemos estado en un 80 por ciento, frente al 83 u 84 por ciento del año pasado", indicó ayer la presidenta de la Federación de Empresarios Hoteleros de Mallorca (FEHM), Inma Benito.

Las previsiones para este agosto también dibujan una reducción de la demanda. Si en 2016 los hoteles alcanzaron el 90 por ciento de ocupación, este año no superarán el 85 por ciento. "Son cifras que nos preocupan porque si la tendencia continúa a la baja va a afectar a los ingresos. Estamos pasando de un modelo de calidad a otro de cantidad, que es el que favorece el alquiler vacacional", subrayó Benito.

Septiembre es un mes complejo, pero la presidenta de la FEHM también augura cifras más bajas que las de 2016. A día de hoy las reservas hablan de un 65 por ciento de ocupación.

La oferta de alquiler vacacional ha crecido de manera imparable en Mallorca en el último año. Y los hoteleros están cediendo terreno en un ámbito que prácticamente monopolizaban.

Benito lamentó que buena parte de la oferta de alquiler vacacional está "fuera de control". Una de las consecuencias es que la inmensa mayoría de sus clientes no pagan la ecotasa, a diferencia de los que se alojan en hoteles. "Sabemos que de los 35 millones de euros recaudados por el impuesto, solo dos millones proceden de establecimientos vacacionales", criticó la presidenta de la patronal hotelera.