Es el juguete del año y resulta difícil encontrar a algún niño que no disponga de un spinner. Pero atención a la hora de adquirir uno, porque existen modelos en el mercado cuyas características los hacen peligrosos para los usuarios de más corta edad, en la mayoría de las ocasiones porque se desprenden de ellos con facilitad piezas o la pila, que pueden ser ingeridas y provocar la asfixia del pequeño. Prueba de ello es que a lo largo de una campaña de solo dos meses de duración la Inspección de Consumo de Balears ha inmovilizado 24.000 de estos elementos, de los que unos 13.500 van a ser destruidos al no poder subsanarse el problema que registraban.

Pero no es el único juguete que puede dar problemas, y desde este departamento autonómico se estima que a lo largo del presente año se va a proceder a la destrucción de más de 40.000 unidades. Con una advertencia adicional: durante estos días se abre la campaña de controles que cada año se desarrolla durante el verano en los comercios de las zonas turísticas y que se va a mantener en muchas de ellas hasta el mes de octubre.

El caso de los spinners resulta significativo no solo por el elevado número de juguetes retirados, sino porque además es fruto de la colaboración que la Dirección General de Consumo está manteniendo con la Guardia Civil, especialmente a la hora de localizar los locales donde estos juguetes son almacenados por el distribuidor, según destaca el titular del citado departamento autonómico, Francesc Dalmau.

Etiquetado

En este caso, durante los pasados meses de mayo y junio se procedió a la inmovilización de 24.000 spinners en las islas, en muchos casos porque su etiquetado no respetaba la normativa, ya sea por no llevar la información exigida, estar escrito en alguna de las lenguas oficiales de las islas o no incluir el logotipo CE que demuestra que ha sido objeto de los controles pertinentes. En 10.500 de ellos el fallo ha podido ser subsanado, pero en 13.500 casos el destino del juguete ha sido su destrucción, en gran medida porque del mismo se podían desprender con facilidad piezas o la pila, con el riesgo consiguiente de acabar en la boca de algún pequeño y posibilitar su asfixia en el caso de ser tragado.

La mayoría de estos juguetes están fabricados en China, pero hay que hacer una apunte: eso no significa que su destino sean los establecimientos de productos a bajo precio. Porque alguno de los modelos que se van a destruir tienen un valor de 15 euros, son de diseños especiales y se pueden encontrar en comercios tradicionales, cuando en el mercado hay muchos que se comercializan por menos de 5 euros. También son frecuentes en los puestos que se instalan durante las verbenas que se celebran en las islas.

Además de proceder a su destrucción, Francesc Dalmau señala que estos casos conllevan la correspondiente sanción económica, que en el caso de falta grave y dependiendo del número de objetos con deficiencias y de la reincidencia puede conllevar multas que van de los 4.000 a los 24.000 euros.

Ranking de juguetes

El caso más llamativo que al control que Consumo realiza sobre juguetes es la citada inmovilización de 24.000 spinners, pero no es el único.

Imagen de 'spinners' y juguetes para piñata que van a ser destruidos por sus deficiencias. Govern balear

El segundo lugar lo ocupan unos llaveros que reproducen unas pequeñas figuras, de los que se han inmovilizado 14.000 durante los seis primeros meses de este año a causa de la detección de deficiencias en su etiquetado, aunque de carácter subsanable.

A continuación se puede citar la inmovilización de 12.000 pelotas de pequeño tamaño con luces en su interior, también por fallos en el etiquetado, y de 8.000 peluches con forma de lagartija y que se venden como recuerdo de Mallorca, por esa misma causa.

El quinto lugar en este ranking lo ocupa la inmovilización de 700 juguetes de plástico de diferentes formas que se usan especialmente en las piñatas de las fiestas para niños, solo que en este caso el destino es su destrucción, tanto por fallos en su etiqueta y muy especialmente porque de nuevo existe la posibilidad de que se desprendan fácilmente piezas de pequeño tamaño que generan el riesgo de asfixia de los niños.

El director general de Consumo no oculta que sus servicios de Inspección cuentan con medios limitados para realizar los controles: durante este año se ha trabajado con cinco funcionarios en Mallorca, a los que recientemente se ha sumado una sexta y en septiembre llegará un séptimo. Hay uno más en Menorca y otro en Eivissa.

Por lo que respecta a la entrada en Mallorca de estos productos que no cumplen con la normativa, Francesc Dalmau señala también la escasez de medios del departamento de Aduanas.

Por eso se valora muy especialmente la colaboración que se está manteniendo con la Guardia Civil, a cuya Patrulla Fiscal se le han facilitado cursos de formación desde este departamento del Govern para mejorar así la colaboración a la hora de detectar la distribución de productos que vulneran la normativa en materia de Consumo.