Las empresas distribuidoras de alimentos de Mallorca están teniendo cada vez mayores problemas para poder atender a sus clientes, con escasez en algunos productos y subidas de precios que se miden en dos dígitos, según lamenta el presidente de la asociación que agrupa a este colectivo en las islas, Bartolomé Servera. A este sector se le han sumado dos elementos que hace que la tormenta sea perfecta: a la debilidad mundial en la producción de algunos de los alimentos de consumo más habitual en hoteles y restaurantes, como la mantequilla, los quesos o carnes como el bacon, se ha sumado una demanda récord en la isla derivada de la llegada de un número de visitantes sin precedentes.

Bartolomé Servera pone de relieve que el primer problema que los distribuidores, y por derivada sus clientes, están teniendo que afrontar es una subida de precios sin precedentes durante los últimos años. Entre los segmentos más afectados está el de los derivados de lácteos, como mantequillas o quesos, con subidas de estos últimos de más de un 25% desde febrero hasta ahora entre los tipos con mayor demanda, porcentajes que son aun más importantes en el caso de la mantequilla, cuyo valor casi se ha duplicado.

Sobre este último producto, su escasez se achaca en buena medida a la maniobra de la industria alimentaria de sustituir el polémico aceite de palma lo que ha provocado un aumento de la demanda que la oferta existente tiene problemas para atender.

La situación está llegando a un nivel que desde alguna cadena de alimentación implantada en las islas no se descarta que en agosto pueda haber problemas de suministro de este producto, aunque se recuerda que siempre queda el recurso de sustituirla por margarina.

En cualquier caso, los distribuidores advierten de que el problema de la escasez de mantequilla va a ir a mas y además va a ser largo, con los efectos que ello pueda tener sobre productos para cuya elaboración se emplea, como helados o bollería.

Servera subraya que esta situación no se limita a los lácteos. También en las carnes los incrementos en los precios son extraordinarios, especialmente en el caso de los derivados del cerdo, con alzas del 20% al 25% durante los últimos seis meses, y con un producto que destaca por encima de los demás: el bacon. En este último, el encarecimiento roza el 40%. Y sin llegar a niveles de ese calibre, hay subidas notables en el cordero y pollo frescos.

También el pescado registra una evolución inflacionista, especialmente en el caso del salmón, con un encarecimiento superior al 40% y de nuevo con problemas para encontrar existencias en el mercado.

Esta subida de precios y debilidad en la producción no afecta solo a Mallorca, apunta Bartolomé Servera, pero en la isla se agrava porque la demanda se está elevando durante este verano hasta niveles de récord.

El resultado es que los precios se están teniendo que revisar casi cada día, y que "si pides mil cajas de algunos de estos productos, no te envían ni la mitad", lamenta el presidente de la asociación de distribuidores.

El impacto de este encarecimiento alcanza a todos. En primer lugar a los clientes, pero también a las propias empresas de proveedores. "Intentamos limitar este encarecimiento para nuestros clientes, y estamos reduciendo nuestros márgenes en lo posible para que la subida de precios sea algo más limitada, pero no podemos entrar en pérdidas", lamenta Bartolomé Servera.