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El español con más responsabilidad en el Vaticano

Se le ha atribuido un encubrimiento de pederastia sin pensar que su firma no implicaba conformidad

Hace un siglo que ningún español ha estado al frente del antiguo Santo Oficio. El último fue Rafael Merry del Val. El nombramiento de Ladaria para dirigir la Congregación para la Doctrina de la Fe le asegura la condición de cardenal. Francisco le investirá sin duda alguna como tal en un próximo consistorio. De príncipe de Montesión a príncipe de la Iglesia universal, esta es la evolución de Ladaria. Será el quinto mallorquín con birrete de cardenal, tras Nicolau Rosell en el siglo XIV, Antoni Cerdà (1390-1459), Jaume Pou (1497-1563) y Antoni Despuig (1745-18139).

Sin embargo, aparte de las dignidades eclesiásticas, la "sorpresa del verano" en el Vaticano llamada Ladaria deberá ser el gran guardián de la ortodoxia, el hombre del rigor y la apertura capaz de poner la teología moderna en diálogo con la sociedad actual. Le avala su prestigio académico pero también su experiencia en la evaluación de los casos de pederastia, la situación de los lefebrianos o sus diagnósticos sobre el Limbo y el diaconado femenino. Se le ha atribuido un encubrimiento de pederastia en Italia sin reparar en que su firma como secretario tenía efecto notarial y no de conformidad o rechazo con el pronunciamiento del cardenal Lavada.

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