Ni un día sin fiestas... Ésta era especialmente importante para la casa porque significaba recuperar los Premis Diario de Mallorca después de nueve años. Los nervios de los días previos dieron paso al cosquilleo de cuando ocurre algo diferente. Toca resumir el chauchau del cóctel con más de quinientos invitados. Y para empezar a lo grande, ahí va. Se cuenta que cuando Lorenzo Marina apareció a las cinco de la tarde en la redacción con traje y zapatos beis de dandi recibió una cerrada ovación de todos los compañeros. Él, que se mueve en otros ambientes (...), coincidió en la fiesta con la jueza Xisca Ramis y se saludaron cariñosamente. Hacía ya tiempo desde la última vez, cuando ella le tomó declaración a él como testigo. La cosa no fue a más. Es solo un ejemplo de la amalgama de sectores que compartieron canapés y chinchines.

El último trago...

...Que cantaba Chavela Vargas (por cierto, está en cartelera un documental sobre La Chamana). José Hila, hasta ayer alcalde de Palma, disfrutó de sus últimas horas al frente de Cort en nuestros premios. "¿Puedo hacerle una última foto como alcalde?", le preguntó, socarrón, el fotoperiodista Javier Fernández. "Claro" -respondió Hila-, "¿pero con la copa en la mano?". "Sí, la foto se llamará el último brindis del alcalde", remató Fernández. Mientras tanto el resto de asistentes felicitaba a Toni Noguera, que ya ostenta la vara de mando. Lo hizo Carmen Planas, presidenta de la CAEB, espectacular con un vestido verde esmeralda, de Cortana, una de las premiadas. Cuentan las malas lenguas, malísimas, que la Planas se quedó descalza en cuanto estuvieron hechas las fotos de rigor.

En animada conversación con el Comandante General de Balears, Juan Cifuentes, y el teniente coronel del Ejército de Tierra, Antonio Ortiz (sí, no es incompatible llevar uniforme y reirse), se dio la casualidad de que, a lo lejos, avistamos a Francina Armengol.

Después de dos horas intentando hacer una foto decente de sus cuñas plateadas había que pasar al plan B. Con la ayuda de la diputada de El Pi, Maria Antònia Sureda, adicta confesa a los tacones, nos acercamos a la presidenta, a cara descubierta, para pedirle lo inevitable: una foto consentida de su calzado. "Però això és possible?", preguntó una perpleja Armengol. "Es más que posible", zanjó servidora. Y posaron las dos, la una con sus taconazos de Michael Kors y la otra con su calzado lentejuelil. Los militares fliparon muy fuerte, como se dice ahora. No lo de flipar, sino lo del verbo más la expresión "muy fuerte". A todo esto, que la mujer de los zapatos más elegantes del Parlament, con permiso de la popular Marga Duran, acumula en su vestidor un parell de pares, entre los de invierno y los de verano.

A pesar de que el 99,9 por ciento de los invitados sobrepasaban la mayoría de edad...y algo más, la persona de menor edad que estuvo en la fiesta fue una niña de poco más de dos meses, hija de nuestra compañera Vanessa Sánchez, del suplemento dominical La Almudaina. La enana ya se está acostumbrando al ritmo de vida de su madre, que cuenta los días para reincorporarse en agosto a este diario, su casa.

Música y acción

Mientras las seis patas de jamón previstas se quedaban en los huesos el italiano Mike Pidone, de blanco impoluto con sombrero de paja y gafas de sol, amenizó el jaleo interpretando versiones de las canciones de la vida de todos, como Baila Morena, la mítica Sex Bomb del Tigre de Gales, Tom Jones, o el Moon River de Andy Williams, de la película Desayuno con Diamantes.

Cazadores cazados

Resulta que los miradores profesionales, los fotógrafos, personas de ojo inquieto y vivo, nunca quieren salir en las fotos. Jamás. Es como una norma no escrita que la mayoría de las veces se cumple. No en este caso. Tolo Ramon, Manu Mielniezuk, Pere Joan Oliver y Javier Fernández posaron, ¡oh milagro!, en una foto. Si es la directora, Maria Ferrer Oliver, la que se lo pide, la cosa cambia. Solo es la primera directora de esta casa, ni más ni menos. La jefa tiene episodios alérgicos ante las cámaras pero el jueves ni rastro de ellos. Hay techos de cristal que se convierten en lonas y, algún día, se parecerán más a un cielo abierto y libre. Infinito. Todos cerraron el Palau.

Es de bien nacido

Parece que no hace falta ni decirlo, pero por si acaso. Para que un sarao salga bien no solo hacen falta invitados, sino socios (partenaires o partners, como gusten). El cóctel lo sirvió Turquesa Catering que dirige Saúl Martos, AICO se encargó de todo el soporte técnico con Christian Bosch como cabeza del equipo. L@s azafat@s, de APUNTO y con la ayuda de Àgueda Carbonell. El cava lo puso Castell Miquel y el vino la Bodega Binigrau (según nuestra Virginia Eza, "para degustarlo con tranquilidad"). Y Coca Cola. Y San Miguel (sin barriles se quedaron). Otro gracias grande a Elena Aguilar, de Dos Puntos Publicidad, por su gran ayuda en la instalación de la señalización del evento. Y gracias, por supuesto, a Meliá, a Ramón Vidal, el director general y a Pilar Gómez, la responsable de eventos del Palau de Congressos de Palma. ¡Hasta el año que viene!. ¡todos queremos más! y esas cosas que se dicen. Solo faltó el ¡que se besen!