Los cuarenta años que duró la dictadura de Franco acabaron en junio de 1977, hace otros cuarenta años, con las primeras elecciones democráticas desde que el golpe de Estado de 1936 y la posterior Guerra Civil acabaran con la República. El 15 de junio de 1977, al igual que en el resto del país, los baleares se lanzaban a las urnas, ansiosos de ejercer su recuperado derecho al voto. Santiago Rodríguez Miranda, Raimundo Clar, Miquel Durán y Francesc Garí, por parte de UCD, y Félix Pons y Emilio Alonso, del PSOE, se convirtieron en los primeros diputados por Balears en el Congreso, mientras al Senado llegaban Jeroni Albertí, Ramiro Pérez Maura y Guillermo de Olives (UCD) y por el PSOE, Manuel Mora. "Ilusión" es la palabra en la que coinciden quienes protagonizaron la política balear en aquellos momentos para describir cómo vivieron la campaña y la jornada electoral. Cuarenta años después, también se repite en casi todos ellos otra palabra: "decepción". Esperaban que la democracia, pasado este tiempo, fuera algo muy diferente.

Con ellos, en 1977, empezaba una nueva época política precedida de intensos y efervescentes meses, desde que el 15 de diciembre de 1976 se celebrara el referéndum que daría el visto bueno a la reforma impulsada por Adolfo Suárez. De inmediato se formaron un gran número de partidos que desembocó en lo que se conoció como 'sopa de letras', especialmente en la izquierda, aunque también en el centro derecha. Poco antes del referéndum, en Balears había 44 partidos, aunque solo una decena tenían cierto peso.

Con el triunfo del sí en el referéndum sobre la reforma, comenzó la búsqueda de alianzas para garantizar un mayor apoyo electoral en la cita con las urnas del 15 de junio, con la UCD de Suárez como la gran favorita. El partido estaba formado por una heterogénea mezcla de dirigentes e ideologías y desde el principio se caracterizó por los duros enfrentamientos internos, también en Balears. En las islas, se sumaron destacados representantes de la sociedad civil, como José Zaforteza, exdecano del colegio de abogado. El y Antonio Alemany fueron los elegidos para la lista al Congreso, pero los partidos que formaban UCD, además del veto desde el Gobierno Civil, acabó con esta candidatura. Al final UCD optó por una lista de personas de prestigio en las islas: Santiago Rodríguez Miranda, Raimundo Clar, Miquel Duran y Francesc Garí. Para el Senado, optó por Jeroni Albertí, el exgobernador civil Ramiro Pérez Maura, Guillermo de Olives y Guillermo Tuells.

A la derecha de UCD comenzó a concretarse Alianza Popular (que después se convertiría en el PP), fundada en marzo de 1977, impulsada por exministros franquistas y en la que en Balears pronto destacó Abel Matutes en Eivissa.

El PSOE, por su parte, también se esforzó en integrar a su alrededor a partidos similares con gran éxito. En Balears, Félix Pons, Emilio Alonso, Ramón Aguiló, Nicolau Llaneras y otros reactivaron a partir de 1974 el partido, desaparecido en el franquismo, cuando el referente de la lucha contra la dictadura era el PCE, que optó por presentarse en solitario, convencido de que obtendría buenos resultados.

Respecto a los partidos de ámbito balear, el PSI, progresista y nacionalista liderado por Antoni Tarabini y Sebastià Serra, llegó a un acuerdo con el PSP de Joan March y ambos se integraron en la estatal Federación de Partidos Socialistas. Al final crearon Unitat Socialista, que presentó a Francesc Obrador y Jaume Ribas al Congreso y a Tarabini y Joan Pizá al Senado.

Pasada la media noche del día 15, TVE daba la noticia del triunfo de UCD, seguido por el PSOE que quedaba muy por encima del PCE, al que le seguía Alianza Popular (AP). En Balears, con una elevada participación del 80%, UCD obtuvo el 51% de los votos, muy por encima de la media estatal, mientras que el PSOE quedó con un 23% y AP, con un 9 %, alcanzaba el tercer puesto. El PCE se tenía que conformar con un 4 % de los votos.

"Fue mi primera gran decepción, aunque aún no sabía que me quedarían muchas por vivir", afirma Miquel Rosselló, entonces secretario de organización del PCE en Balears. Rosselló, el único preso político mallorquín en pasar por la tristemente célebre Modelo de Barcelona, había sufrido con dureza la represión franquista, incluyendo torturas. "Fue una campaña en la que estábamos convencidos de unos buenos resultados, Santiago Carrillo llenó la Plaza de Toros de Palma...", recuerda.

Con los resultados llegó el golpe de realidad. "No tuvimos en cuenta que había un franquismo sociológico muy potente, como se ha demostrado con los años", asegura. A ello se unió "el miedo de la gente a repetir confrontaciones". Aunque considera que de aquella época quedaron "asignaturas pendientes que han hipotecado estos 40 años", Rosselló no cree que pueda establecerse un paralelismo con la actual situación. "Entonces salíamos de una terrible dictadura mientras que ahora estamos en un momento de cambio, aunque las esperanzas de un cambio rupturista es difícil que se cumplan", afirma.

El socialista Ramón Aguiló resalta la "pasión, ilusión y esperanza" con las que vivió aquellas elecciones. "Tenía 27 años y salíamos de una época oscura, miserable, que parecía eterna", recuerda. Su convicción era que se construiría una sociedad con valores de izquierdas, de justicia... "Al final no ha sido así", lamenta Aguiló para quien "la Transición se fundamentó en ideas que luego se demostraron defectuosas, como pensar que los protagonistas únicos de los pluralidad eran los partidos, lo que ha generado un sistema dominado por élites, endogámico y con el factor añadido de la corrupción".

El también socialista Emilio Alonso, recuerda que las encuestas que manejaba Alfonso Guerra daban para el PSOE en Balears un sólo diputado. "Yo iba de número dos y fue una sorpresa que me cambió la vida", relata. Recuerda la "ilusión" y la "improvisación y medios artesanales" de aquella campaña, "los mítines con Felipe González llenando la plaza de toros de Palma" y la "esperanza del PSOE de disputar la hegemonía de la izquierda al PCE". Aquellas elecciones "acabaron aclarando el panorama, sobre todo en la izquierda".

Ahora, "ha cambiado todo, pero muchas cosas me suenan a ´déjà vu´, quizá porque en 1977 todos eramos partidos emergentes". Alonso no quiere hablar de "decepción" porque "ya contaba con que la democracia tendría imperfecciones", así que lo ve "con realismo". A su juicio, "es necesario una reforma profunda de la Constitución", una idea que comparte Tarabini, que incluso habla de "refundar la Constitución".

Tarabini afirma que "la Ley electoral se hizo para que no hubiera 20 partidos y dar estabilidad política al sistema, lo malo es que eso se instaló para siempre y de esos polvos estos lodos". Añade que "en aquella época lo que se hizo era la solución para alcanzar la democracia, pero después debían haber llegado cambios que no se hicieron y ahora es muy difícil lograrlo".

José Zaforteza, aunque no llegaría al Congreso hasta la siguiente legislatura, también recuerda con mucha "ilusión" aquella primera campaña. "Lo veía todo con enorme optimismo, frente a la desilusión que siento con la política actual, sobre todo en Balears", afirma Zaforteza quien critica la "falta de formación y experiencia" de muchos de los actuales políticos. "Yo creía que 40 años después todo sería mucho mejor y lo que veo me desilusiona", concluye. A pesar de ello, para él y para todos, mereció la pena. Al fin y el cabo, pertenecen a quienes se colocaron en la primera línea para llevar al país de una dictadura a una democracia.