La fusión de Banco Mare Nostrum y Bankia supone consolidar a la entidad resultante como la segunda más importante de las islas, pero también pone en evidencia la completa disolución de la antigua Sa Nostra dentro de este gigante financiero. Las características de esta operación fueron presentadas ayer por el presidente y el consejero delegado de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri y José Sevilla respectivamente.

BMN dispone en el archipiélago de 169 oficinas, según los datos facilitados ayer por esta entidad, a la que se sumarán las 22 de Bankia. Estas 191 instalaciones suponen situarse a un nivel muy similar al de la entidad líder en el archipiélago, como es Caixabank.

Además, el impacto que la fusión conllevará en esta materia será mínimo, dada el escaso solapamiento que se produce entre ambas redes. Incluso se señala que aunque puede haber alguna desaparición por una excesiva proximidad de algunas de estas oficinas (más probable en algunos puntos de Palma), el hecho de ganar volumen puede llevar también a la apertura de algunas nuevas. En este sentido, se recuerda el proceso de racionalización que ya habia realizado BMN en esta materia y la limitada implantación de Bankia en el archipiélago.

Eso implica que no se prevé un gran impacto en las plantillas de las dos entidades en Balears (cerca de 1.000 personas en el caso de BMN y unas 120 en el de Bankia). En cualquier caso, el propio Goirigolzarri reconoció que es pronto para plantear cualquier posible reducción de instalaciones o de personal por efecto de la fusión, e insistió en que cualquier paso en ese sentido será previamente negociado con los sindicatos.

Otra duda que la comparecencia de los dos responsables de Bankia dejó sin despejar es la marca con la que operará la entidad en las islas, es decir, si en sus oficinas aparecerá solo el nombre de este banco o se hará acompañar también del de BMN.

Hay que tener en cuenta que Banco Mare Nostrum pasará a tener el 6,7% del capital de Bankia. Si tenemos en cuenta que Sa Nostra disponía únicamente del 2% de la primera de estas entidades, el resultado final es que dentro del nuevo gigante la antigua caja balear queda totalmente diluida y pasa a suponer solo un 0,13% del accionariado.

825 millones de euros

La absorción de BMN por parte de Bankia se ha fijado por un valor de 825 millones de euros, lo que supone 0,41 veces su valoración en los libros y aproximadamente la mitad de las ayudas públicas recibidas por la primera de estas entidades, cifradas en más de 1.600 millones de euros.

Hay que recordar que en ambas, dos tercios de sus acciones están en manos públicas, en concreto del Fondo de Reestructuración Ordenada bancaria (FROB), que mantendrá este porcentaje dentro de la entidad resultante, mientras que los accionistas minoritarios de Bankia se quedan con un 31% y los de BMN con algo más de un 2%.

Desde estas entidades se destacan, como aspectos más positivos, el que el banco resultante de la absorción es el cuarto en España y se encuentra entre los más saneados, aunque hay que recordar los fondos públicos inyectados. Además, el propio Goirigolzarri puso de relieve la baja exposición que esta entidad mantiene al crédito a promotores, y en este sentido recordó el traspaso de inmuebles que se realizó al denominado 'banco malo' (Sareb).

Las primera reacciones desde el Govern no se han hecho esperar, y su consellera de Hacienda, Catalina Cladera, reclamó ayer que se preserven las oficinas y los empleos que las dos entidades tienen en el archipiélago, especialmente en el caso de la part forana mallorquina y las islas menores.