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El Govern encalla con el sector náutico

La patronal de barcos recreativos critica el Decreto de la Posidonia y acusa al Ejecutivo de albergar "un odio visceral" contra ellos

Biel Dolç, presidente de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo. CN S´arenal

La náutica recreativa ha sacado la artillería pesada contra el Govern balear a cuenta de la posidonia oceánica, una especie que disfrutará de mayor protección cuando se apruebe el Decreto de la Posidonia, documento del que ya existe un borrador.

"Prohíben lo que ya estaba prohibid0. Detrás de este texto hay una clara animadversión hacia la náutica recreativa. La posidonia no corre ningún peligro. Lo que hay por parte del Govern es un odio visceral hacia la náutica social", criticó ayer Biel Dolç, presidente de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo.

La conselleria de Medio Ambiente constata en el borrador que Balears "es la comunidad autónoma que posee mayor superficie de praderas de posidonia oceánica del Estado, un 50% del total inventariado", y admite que "no se está reduciendo ni hay amenaza de reducción en un futuro previsible".

Sin embargo, justifica la redacción del decreto en que "la presión antrópica tanto desde el punto de vista de impactos provenientes de tierra (emisiones, construcción, etc.), como de las actividades en el mar (pesca, navegación recreativa, etc.) ha hecho aflorar indicios sobre impactos que pueden poner en peligro el estado óptimo de conservación de la posidonia".

Sin respuesta

Dolç cuestionó la necesidad de aumentar la protección sobre esta planta acuática, y lamentó "las formas" de la conselleria de Medio Ambiente. "Hace un año nos anunciaron que harían este decreto, y que contarían con el sector. Pero no nos han escuchado. Les hemos reclamado que nos muestren los estudios sobre el impacto del fondeo en la posidonia en que se han basado para hacer el documento, pero no contestan. Hay una absoluta falta de transparencia", subrayó el presidente de los Navegantes.

El borrador contempla sanciones de entre 600 y 6.000 euros para infracciones leves, y de 100.000 a 405.000 euros para las infracciones muy graves tales como "la destrucción de más de diez metros cuadrados de pradera". Las multas y su graduación están previstas en una ley de conservación de espacios naturales aprobada en 2005.

"Es un decreto contra la navegación de recreo, no para proteger la posidonia. Llevamos generaciones navegando y la planta se conserva bien", indicó Dolç, quien aseguró que el sector se siente "agraviado" porque mientras el Govern persigue el fondeo sobre posidonia, permitirá el vertidos al mar "durante cinco años más".

"Hay que concienciar e informar antes de sancionar. Al menos eso sería más propio de un Govern de izquierdas", criticó Dolç.

El presidente de los navegantes aseguró que por norma general los barcos nunca echan el ancla sobre un campo de posidonia porque no agarra bien al fondo: "Es un recurso que jamás contemplamos".

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