Los bañistas de la playa de Illetes se llevaron ayer un susto mayúsculo al aparecer en el agua una tintorera. El escualo, que al parecer se hallaba desorientado, se acercó a la orilla, donde nadó fugazmente ante el pasmo de los allí presentes, y acto seguido desapareció.

"Así como ha entrado ha vuelto a salir", explicaron fuentes del Ayuntamiento de Calvià, que indicaron que efectivos de Protección Civil trataron de localizarlo pero sin éxito. Según fuentes municipales, la emblemática aleta del tiburón fue avistada nadando entre los bañistas entre las doce y la una del mediodía en el balneario de Illetes, la playa más importante de la zona. Pero fue una ´visita´ relámpago.

De dos metros

Según estas mismas fuentes, el paso de la tintorera, de unos dos metros de longitud, fue visto y no visto y ni tan si quiera hubo tiempo de desalojar la playa. "No ha llegado a estar ni cinco minutos", apuntaron, para agregar a continuación que se dio el aviso a un equipo de Protección Civil que salió en su busca, pero no pudo dar con la pista del escualo. Este animal suele moverse mar adentro por lo que todo apunta a que pudo haberse desorientado.

Las cristalinas aguas de la playa permitieron a los bañistas que en esos momentos nadaban plácidamente percatarse al instante de la siniestra aleta moviéndose junto a ellos. El susto fue de órdago. Muchos salieron corriendo alarmados del agua, si bien todo sucedió de un modo tan fugaz que algunos ni siquiera tuvieron tiempo de percatarse de lo que sucedía más allá de la arena.

De hecho todo ocurrió de un modo tan rápido que ni siquiera se pudo dar aviso al Servicio Marítimo de la Guardia Civil, el encargado en estos casos, quien no tenía constancia de la aparición del escualo.

Según los expertos, no es normal que estas tintoreras, una especie bastante habitual en el Mediterráneo, se acerquen tanto a la orilla. Según apuntan, hay dos motivos por los que estos pequeños tiburones abandonan alta mar: que se encuentren desorientado, como parece ser este último caso, o bien que estén enfermos.

No es la primera vez que estos animales, que según los expertos pueden llegar a ser bastante peligrosos y agresivos, visitan las costas mallorquinas.

La última vez que se detectó una tintorera fue precisamente hace poco más de año, cuando se avistó un escualo en aguas de Portopí. En esta ocasión el animal, que se hallaba enfermo, se mostró bastante agresivo y hasta llegó a morder la zodiac de la Guardia Civil. Finalmente fue sacrificado en la costa de Cala Falcó.