El juez Penalva denunció a los abogados que están personados en el caso Cursach las dificultades que está teniendo para localizar nuevos testigos, ya que hay evidencias de que muchas de las personas que podrían declarar, no lo van a hacer porque, o bien han sido amenazadas, o bien han sido recompensadas. La pasada semana el magistrado, durante la declaración de un testigo protegido, que pudo ser interrogado por todos los abogados, anunció que "no pondré en riesgo la vida de nadie", en alusión a la posibilidad de que se citara a declarar a determinadas personas que señalaba el exempleado de Tito's. Este antiguo trabajador de la discoteca del grupo Cursach ha sido uno de los testigos que ha sido perseguido por dos sicarios, de los que uno de ellos se encuentra en estos momentos en prisión pendiente de juicio.

Ante la insistencia de un letrado para que se buscara a una mujer que citó el testigo, el juez interrumpió el interrogatorio y anunció que "no pondré en riesgo la vida de nadie. No tendré en la conciencia más actos de hostigamiento". Penalva se ha visto varias veces obligado a actuar ante los episodios de amenazas contra algunos testigos que han declarado contra el poderoso empresario, situación que le lleva a comprender que muchas personas que podrían aportar datos sobre el caso, prefieran continuar calladas. "No puede ser que a los testigos los machaquen", detalló el instructor, que anunció que no se va a obligar a nadie a declarar contra su voluntad. Pero el juez dio un paso más y manifestó sus sospechas sobre los responsables de estas continuas amenazas. "Todo viene orquestado por quién viene", señaló el juez, insinuando que las órdenes las siguen marcando las personas que están siendo investigadas.

Este testigo confirmó que en la discoteca Tito's se celebraron fiestas únicamente para policías locales de Palma, donde consumían droga y mantenían relaciones sexuales con prostitutas, servicios que eran abonados por la empresa. El trabajador aseguró, además, que en la discoteca se traficaba con drogas y acusó de ello al director y al jefe de sala. También aseguró que estos dos directivos permitían el consumo de cocaína en sus respectivos despachos.

Este testigo facilitó el teléfono de un transexual que, según él, intervenía en muchas fiestas privadas. Esta persona fue localizada por la Policía y fue interrogada por el juez. Penalva anunció al abogado de Cursach que este testigo había negado los hechos, es decir, las fiestas. El juez señaló que estaba convencido de que este testigo, antes de declarar, "había sido intimidado por el Grupo Cursach".