Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

Cursach pagaba las facturas

La clave es el precio, la contraprestación, el factor determinante que doblegó la voluntad de representantes políticos y funcionarios públicos...

Cursach pagaba las facturas

La clave es el precio, la contraprestación, el factor determinante que doblegó la voluntad de representantes políticos y funcionarios públicos, en este último caso armados y uniformados, y los puso al servicio de un particular. Según la investigación del juez Manuel Penalva, el empresario Bartolomé Cursach utilizó a la Policía Local de Palma valiéndose del favor de determinados políticos para conseguir durante años una posición de privilegio en los negocios de la noche y hundir a la competencia.

En el caso de corrupción más importante de la historia de Mallorca, el instructor ha recogido más de 300 testimonios y no da un paso atrás, pese a las innumerables presiones políticas, sociales e institucionales que recibe cada día, pese a las descalificaciones de las que son víctimas él y el fiscal Subirán sin el menor apoyo de sus superiores, pese a las amenazas a testigos y pese a la paliza que recibió la testigo protegida del caso, que el pasado viernes prestó declaración durante ocho horas y destapó una auténtica tormenta sobre dos políticos del PP muy conocidos: el inevitable José María Rodríguez y el diputado Álvaro Gijón. Ambos fueron los impulsores de dotar de nuevas competencias a la Policía Local y de llevar a Antonio Vera a la jefatura del cuerpo durante la pasada legislatura, un objetivo electoral que Mateo Isern asumió.

Nadie sabe hoy hasta dónde llegará la investigación del valiente instructor y qué hechos del caso se podrán demostrar en el juicio. Lo destacable, por primera vez en el caso Cursach, es que salgan a la luz por una declaración judicial las presuntas contraprestaciones que supuestamente recibieron Rodríguez y Gijón.

Cursach pagaba siempre generosamente los gastos, sin discutir el precio ni el concepto. Evitaremos reproducir los detalles de los episodios de la calle Lluís Martí que dejaban facturas de hasta 36.000 euros por sesión. Pero sí subrayaremos que, según esa misma declaración, el empresario no regateó ni una sola vez la cuantía que pagaba en persona. Y sabemos, por otros casos, que al magnate de la noche de Palma y Calvià no le gustaba perder su dinero ni a las cartas.

Compartir el artículo

stats