El conductor que fuera chófer del coche oficial que trasladaba al concejal y hoy diputado, Alvaro Gijón, salió ayer en defensa de su antiguo jefe. Y lo hizo para desmentir que el político acudiera con frecuencia a un prostíbulo de Palma, donde además de mantener relaciones sexuales con las mujeres, se consumía grandes cantidades de cocaína.

Este conductor fue citado ayer por el juez Penalva para que mantuviera un careo con la testigo que implica a José María Rodríguez y Alvaro Gijón con las orgías, con mezcla de drogas y alcohol, que se celebraban en un prostíbulo de la calle Lluis Martí de Palma. El careo también fue presenciado por el fiscal Anticorrupción, Miguel Ángel Subirán.

Los investigadores pudieron comprobar que las características físicas del conductor coincidían con la descripción que había realizado la testigo, al señalar que era una persona joven, con el pelo rubio.

Aunque el careo está incluido en la parte secreta de la investigación, el chófer señaló su sorpresa por las manifestaciones que había realizado la testigo, que reiteró ayer que todo lo que había contado era cierto.

Esta mujer, que también ha aportado datos que complican la situación de los imputados en la trama Cursach, ha sido de nuevo citada mañana viernes para que los abogados de la defensa la puedan interrogar. Esta semana el juez Penalva levantó el secreto que pesaba sobre las declaraciones de esta testigo cuyo testimonio, por ejemplo, llevó a la cárcel al sobrino de Cursach, acusado de amenazarla tras prestar declaración en el juzgado.

Los abogados ya están preparando las correspondientes preguntas para intentar desacreditar a la testigo, a quien los investigadores dan una total credibilidad, sobre todo por la cantidad de datos que aporta que, dificilmente, se los podría haber inventado. La mujer cuenta algunos hechos que le han narrado algunas amigas, pero otros que ella misma ha presenciado. Por ejemplo, acusó a dos exjefes de la Policía Local de Palma, Joan Mut y Antoni Vera, de haber acudido a las fiestas que se organizaban en la discoteca Tito`s y de presenciar como un empresario de la Playa de Palma le entregaba un sobre con dinero.

No será el único testigo que ha sido citado para que mañana se pueda enfrentar a las preguntas que le puedan formular los abogados de la defensa. Un extrabajador de la discoteca Tito's también se enfrentará a los abogados de la defensa.

Este testigo tiene su importancia porque se trata de una persona que estuvo trabajando durante mucho tiempo en la discoteca Tito's y ha confirmado, al igual que han hecho otras personas, que la empresa organizaba fiestas privadas para policías locales, donde se contrataba prostitutas y se consumía droga. Ha confirmado las sospechas de que se vendían sustancias estupefacientes dentro de la discoteca e incluso ha asegurado que las comercializaban los responsables de la sala.

Este testigo, que también ha sido amenazado, detalló que la droga que se consumía en Tito's llegaba en un yate que atracaba en el Paseo Marítimo, justo enfrente de la discoteca. El distribuidor la entraba en una maleta y después se repartía. Si bien él nunca presencio la llegada de esta droga, el testigo señaló que lo sabía porque se lo había contado el jefe de sala, el llamado Arturo.

Este testigo es el mismo que fue amenazado por dos individuos de nacionalidad rumana y que ha mostrado su temor a que su vida pueda correr peligro. Uno de estos individuos que le amenazó, antiguo trabajador de Cursach, está en prisión, mientras que su compañero salió en libertad tras confesar los hechos a los investigadores. El testigo no implica únicamente al individuo que está ahora en prisión, sino que acusa también al otro compañero. De hecho, teme que pueda hacerle daño ahora que está en la calle.