Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fiebre del oro con los alquileres

Fiebre del oro con los alquileres

Tonto el último que no alquila en Balears para los turistas un chalé, un piso, una habitación y hasta la caseta del perro. La fiebre del oro ha llegado a las islas con el alquiler vacacional, que tiene sus cosas buenas y sus repercusiones muy negativas. Mientras las distintas administraciones andan dando vueltas a la perdiz para tratar de poner un poco de orden y sentido común en el nuevo maná, los ciudadanos corren a las ventanillas para asegurarse una ficha en ese atractivo monopoly.

Con la actual normativa solo los propietarios de casas aisladas o pareadas pueden ser arrendadores turísticos legales y muchos quieren asegurarse esa condición, antes de que la ley se endurezca.

La realidad es que miles de inmuebles se alquilan en las islas sin ningún pudor y sin que esos lucrativos negocios sean legales. Lo importante es pillar la pasta.

Hacienda afirma estar preocupada por las bolsas de dinero negro que están generando los alquileres de casas a turistas por días y quiere poner coto a la sangría. Llama la atención que si la Agencia Tributaria ha tolerado durante años que propietarios de múltiples inmuebles (fincas de pisos, por ejemplo) no declaren los ingresos por alquileres de larga duración, cómo piensa ahora fiscalizar miles de operaciones hechas a través de internet.

El alquiler turístico permite a algunas familias aumentar sus ingresos y también beneficia a la oferta complementaria y al pequeño comercio.

Los aspectos negativos son la masificación de las islas (no solo en temporada alta); la merma considerable de casas de alquiler para los residentes; y el tremendo impacto para el medio ambiente y los servicios públicos por la avalancha de visitantes. En pura justicia social las rentas por esta modalidad turística deben ser declaradas. Esos impuestos, en parte, compensarían los gastos comunes de acogida. Cabe también limitar la actividad para garantizar el acceso a la vivienda de los residentes sin casa en propiedad.

Compartir el artículo

stats