La magistrada del juzgado de lo contencioso-administrativo 1 de Palma, Núria Ramos, rechazó ayer la reapertura provisional de la discoteca de Magaluf BCM, cerrada por el Ayuntamiento de Calvià el pasado 3 de abril. La jueza, sin entrar al fondo del asunto, da la razón al consistorio respecto a que las instalaciones ilegales del aire acondicionado, situadas en la cubierta de BCM, suponen un riesgo para la vida o la salud de las personas.

BCM Disco Empire S.A. , la empresa propietaria de una de las mayores discotecas de Mallorca y perteneciente al Grupo Cursach, confiaba en que el juzgado dispusiera la reapertura de su establecimiento sin esperar a dictar la sentencia sobre su demanda, un fallo que tardará meses en hacerse público.

Auto de un folio

Sus esperanzas se desvanecieron ayer al recibir un auto de folio y medio, donde la jueza rechaza adoptar la medida cautelarísima de la reapertura. El auto puede recurrirse ante la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia.

La empresa propietaria argumentó en su solicitud para levantar el cierre que BCM da trabajo en temporada alta a 125 personas, entre "fijos, discontinuos y temporales", una plantilla que ya debería llevar semanas trabajando.

La petición también explicaba que BCM tiene unos ingresos diarios de casi 37.000 euros, dinero que se está perdiendo.

El Ayuntamiento, por su parte, se opuso a la reapertura alegando que las deficiencias detectadas ponen en riesgo a las personas que acudan a la discoteca.

La magistrada ha decidido mantener el decreto de clausura al estimar que los perjuicios que puede sufrir el Grupo Cursach por la demora en la sentencia "son de carácter económico", y, por tanto, subsanables.

Por el contrario, el peligro para la vida o la salud de clientes y trabajadores no es reparable. La jueza, tras ponderar la situación, se inclina por mantener cerrado el local.

El Grupo Cursach publicó un comunicado tras conocerse el auto y se preguntó si "los más de 100 puestos de trabajo afectados por esa decisión (mantenimiento del cierre), así como el perjuicio económico que sufrirá la oferta complementaria de la zona, como taxis, comercios, bares y restaurantes, son fácilmente reparables".

De acuerdo con la demanda, BCM recibió el año pasado más de 250.000 clientes y es una de las discotecas más emblemáticas de Mallorca. La sala se encuentra, "año tras año, entre la quinta y la décima mejor discoteca del mundo". La nota insistió en que BCM es "una de las marcas de Mallorca más reconocibles a nivel internacional".