El caos circulatorio que se está viviendo en el aeropuerto de Palma está convirtiendo estas instalaciones en una "bomba de relojería" ante el creciente malestar de los profesionales del transporte, agravado además por lo que los taxistas califican de incumplimiento de los compromisos adquiridos por la conselleria de Movilidad.

El origen del problema, según reconocen todos los afectados, se encuentra en el extraordinario número de vuelos y pasajeros que ya por estas fechas se reciben en Son Sant Joan, unas personas a las que hay que dar entrada y salida en estas instalaciones y que provocan una afluencia de vehículos que la red viaria y zonas de estacionamiento del lugar no son capaces de absorber, generando el correspondiente colapso en los accesos. Una situación que hoy se ha puesto de manifiesto y que ha generado fuertes protestas en el sector, con las primeras amenazas de que desemboque en nuevas y duras movilizaciones ante la ´puerta de entrada y salida´ de la isla para sus residentes y visitantes.

Este caos circulatorio está generando problemas no solo frente a las zonas de llegadas de Son Sant Joan, sino incluso en algunas rotondas próximas y en ocasiones en los accesos desde la autopista. La situación ha llegado a tal punto que ha hecho que los responsables del aeropuerto hayan tenido que mantener una reunión con las empresas de transportistas para intentar aliviar el problema, aunque por ahora sin excesivos resultados.

La primera medida adoptada ha sido llevar a parte de la flota de autocares hasta una zona de espera que existe junto a la que ya disponen los taxistas, con la orden de que ninguno de estos grandes vehículos se acerque a la terminal hasta 30 minutos después de que aterrice el avión con los pasajeros que deben de recoger. Con ello se quiere evitar la acumulación derivada de buses que llenan su zona de estacionamiento frente a la terminal a causa de las demoras en los vuelos y que no dejan espacio para que entren otros.

Pero la concentración de coches particulares, taxis y autocares frente a la terminal se agrava por la ausencia de policía local ordenando el tráfico, ya que el Ayuntamiento solo envía agentes a la zona si se le requiere ante situaciones de especial conflictividad, algo que ha sucedido estos últimos días, especialmente en el paso de peatones. existente frente a la terminal, donde ayer sí se contó con la presencia puntual de policías.

Mientras tanto, los transportistas consideran imprescindible una presencia permanente en la zona de Policía Local y de la Guardia Civil (esta última especialmente en las rotondas próximas al aeropuerto), alegando que el personal de Son Sant Joan no tiene competencias para ordenar el tráfico de la zona. E insisten en la advertencia de que el creciente malestar de los profesionales puede acabar desembocando en un nuevo conflicto en la zona.