-Imagino que ya habrá hablado con algunos empresarios mallorquines. ¿De qué se quejan?
-La única preocupación de los hoteleros es mejorar las infraestructuras para estar a la altura de la demanda de la competitividad, cada vez más creciente. Yo puedo mejorar en conectividad, pero no sirve de nada si no hay antenas. Sin conectividad, uno de desaparece del mapa.
-¿A los empresarios les va mejor con gobiernos de izquierdas o de derechas?
-El empresario debe respetar la voluntad popular. Y un Gobierno debe respetar el principio de la iniciativa privada. Si no es así, es muy difícil la coexistencia y que ese país progrese. Lo de Venezuela no es casual, sino causal. Allí se ha mutilado la iniciativa privada. Es indiscutible el papel regulador del Estado. El camino que conjuga crecimiento, inversión, empleo y calidad de vida es el que se debe recorrer respetando la iniciativa privada.
-¿Los empresarios españoles deben preocuparse si un día gobierna Podemos?
-Depende de Podemos. Si las expectativas son persecución al sector privado, controles ominosos o burocracias inaceptables, es evidente que se desalentarán. Si respetan las reglas de juego del mercado, el tema no pasa por la política.
-En España se están reduciendo los niveles de paro, pero a costa de crear empleo precario a base de contratos temporales. ¿Hay que conformarse con eso?
-Tiene que distinguir lo que es precario, y lo que son nuevas formas de contratación. Contrato precario es aquel que no está registrado y no tiene protección social. Lo vemos mucho en África o en Asia. Pero usted me plantea formas de contratación nuevas. El propio trabajador ya no quiere el modelo japonés de trabajo de por vida. Tiene trabajo temporal, a distancia... Son formas que se han expandido.
-Es decir, para usted encadenar contratos temporales no es precariedad laboral.
-No, técnicamente no lo es.
-¿Más derechos de los trabajadores es igual a empresas menos competitivas?
-No necesariamente. El tema de la competitividad está ligado a la productividad laboral. Tenemos que adaptarnos permanentemente. Si el pequeño empresario no se actualiza, será difícil que sobreviva. El trabajador tiene que corresponder formándose, siendo a la vez empleado y empleable. ¿Qué seguridad doy yo al trabajador como empresario? Protección social y formación. La estabilidad en el empleo se la van a dar sus propias habilidades como trabajador.
-¿ Las grandes empresas tributan lo que tienen que tributar?
-En algunos casos, más. La media de la UE es una base de tributación alta. La de la OCDE es importante también. Hay países de América Latina que tributamos por nada. Tributamos y no tenemos servicios, infraestructuras... Hay que tributar para sufragar un Estado eficiente, pero sin matar la producción.
-¿ Qué le parece que algunas grandes empresas utilicen atajos como los paraísos fiscales para tributar menos?
-Hay que dar una racionalidad al sistema global. Si no, los atajos acaban siendo zigzagueos y las reglas se convierten en no-reglas. Cuantas reglas más claras haya, habrá más inversores a largo plazo. Porque si cambiamos todo el tiempo las reglas no tendrá inversores, sino aventureros.
-Entonces está en contra de que algunos grandes empresarios utilicen paraísos fiscales para evadir impuestos.
-Estoy en contra de toda política que se aparte de lo legal. Puede que usted aluda a algo alegal...
-O poco estético.
-La estética tiene que ver con la cultura y la idiosincrasia de cada país. Deben primar principios de respeto a las reglas del juego, transparencia y previsibilidad.
