Cada vez que se abre un hotel nuevo en Mallorca, su dueño tiene que pagar 4.300 euros por cada una de las plazas que se crea en el establecimiento. Con ese mecanismo, el Govern ha recaudado decenas de millones de euros en los últimos años. Parte de ese dinero se dedicará ahora a financiar proyectos municipales de mejora de la oferta turística. Según explicó ayer el vicepresident y conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), el Govern abrirá ahora una convocatoria a la que se podrán presentar los ayuntamientos de Mallorca interesados en ejecutar obras y proyectos relacionados con la rehabilitación de zonas turísticas, la reconversión de inmuebles turísticos obsoletos en instalaciones sociales, culturales, lúdicas o educativos, y el desarrollo de actividades que desestacionalicen el turismo, aumenten su calidad o fomenten la innovación.

El mecanismo de reparto está diseñado para capitalizar al máximo la inversión: cada ayuntamiento podrá presentar como mucho dos proyectos, y cada uno de ellos obtendrá como mucho 500.000 euros de la bolsa de plazas. El resto lo pondrán los municipios, que como mínimo tendrán que aportar un 20% de lo que cueste cada inversión, detallaba el vicepresident Barceló, que recalcaba que el reparto del dinero de la bolsa de plazas es más generoso que nunca. De hecho, en la anterior entrega, la de 2016, el Govern distribuyó 3,7 millones de euros, que entonces llegaron a 13 municipios, a través de solo 13 actuaciones. Ahora hay 16,5 millones, y las reglas establecidas garantizan que como mínimo se invertirán 20,6 millones de euros (por ese 20% de aportación forzosa que han de hacer los ayuntamientos).

"Estas inversiones ayudarán a hacer obras de rehabilitación y mejora de la oferta y las instalaciones, pero también tendrán efectos económicos y de empleo, al generar actividad. En la selección de los proyectos valoraremos la repercusión social, medioambiental y económica que pueda tener cada proyecto", comentaba Biel Barceló, que aseguraba que es posible que se repita convocatoria el año que viente, gracias a que "la bolsa de plazas está muy viva".

Es decir, se siguen comprando huecos para abrir establecimientos. Eso hace que desde 2009 a la actualidad el stock de plazas disponibles haya pasado de 50.000 a 43.000. Y eso que quienes abren hoteles boutique, agroturismos, establecimientos de cinco estrellas o urbanos no tienen que acudir a la bolsa de plazas para obtener permiso. Eso cambiará ahora con la nueva ley turística, que ya ha entrado en el Parlament para su aprobación. En el nuevo marco legal el Govern acaba con las excepciones, con lo que cualquier nuevo alojamiento turístico deberá pasar por la bolsa de plazas y comprar cada espacio, recalcaba Barceló. Eso supondrá más recaudación y que haya "un techo efectivo de plazas": como mucho se podrán habilitar en Mallorca 43.000 camas más de alojamiento, las hoy disponibles en la bolsa.

Por ese mecanismo también tendrán que pasar las viviendas que quieran dedicarse al alquiler turístico, aunque para ellas el precio será mucho menor: el Consell de Mallorca trabaja con una cifra de entre 800 y 1.000 euros, mucho menos que los 4.300 que pagan los hoteles, una diferencia que responde a que las plazas que se den a los alquileres serán temporales y caducarán a los cinco años.

Competencias para el Consell

Barceló comentó también en su comparecencia que este mismo año deberían quedar transferidas al Consell de Mallorca las competencia de promoción turística (Menorca, Eivissa y Formentera ya las tienen). Las competencias en materia de ordenación turística llegarán después, en torno al año 2019, calcula Barceló. A partir de ese momento, la Conselleria de Turismo del Govern quedará desprovista de contenido, por lo que Barceló explicaba que es posible que la plantilla también sea transferida al Govern.