El sector del juego ha recibido con los brazos abiertos el reglamento que permite la apertura de casas de apuestas por primera vez en Balears. Recuerda que, a mayor volumen de negocio, más impuestos. Y rechaza de plano que esta nueva oferta vaya a desencadenar entre la población un aumento de la ludopatía. O "tasa de prevalencia del juego patológico", como lo llama eufemísticamente el presidente de la patronal de salones de juego de Balears (Sareiba), Luis Cruz.

Esgrime dos estudios, uno de Hacienda y otro de la Universidad Carlos III, que arrojan la misma cifra de adictos a nivel estatal: un 0,3 por ciento. "Es una tasa muy baja, muy por debajo de Estados Unidos o los países asiáticos. Estamos en la media de nuestro entorno europeo como Alemania o Francia. Estamos muy sensibilizados con las políticas de juego responsable, pero estas cifras demuestran que no estamos ante una problemática social, sino individual. La ludopatía está en un entorno controlado", subrayó Cruz.

El presidente de la patronal negó que la posibilidad de apostar físicamente a partir de finales de agosto vaya a traducirse en un incremento de la adicción por el juego. "Las apuestas ya existen desde hace años en Internet. Y las salas abiertas al público llevan casi una década operando en Madrid, donde la ludopatía no ha aumentado. De hecho, hemos observado un decrecimiento desde los años noventa", indicó.

Cruz recordó que habrá controles para que no puedan acceder a las salas los menores de dieciocho años. Y advirtió de que existirán unas terminales con el registro de 'autoprohibidos'[ ludópatas que están o han estado en tratamiento] para impedirles la entrada.

"En Mallorca hay un centenar de locales entre bingos, salones y casinos. Lo normal es que habiliten espacios para apostar, así que no esperamos más de una decena de nuevas aperturas. Una cifra muy poco significativa", concluyó Cruz.