Son Sant Joan estrenó ayer base aérea. Otra vez: el aeropuerto mejor conectado del verano mediterráneo dio la bienvenida en esta ocasión a Eurowings, aerolínea creada de los rescoldos de Germanwings que aterriza en la isla con el impulso de quien ha triplicado su flota en solo tres años. Tienen 110 aviones ya, y cuatro de sus Airbus A320 operarán desde Mallorca, donde han contratado a un centenar de empleados y prevén dar empleo indirecto a otros mil trabajadores de empresas de apoyo en tierra. Todo para seguir disparando sus cifras en el cielo mallorquín, donde mueven un millón de pasajeros en sus enlaces con veinte ciudades de Austria y Alemania. Que pronto serán más, anunciaba ayer el director de márketing de la compañía, Oliver Wagner: "El año que viene queremos instalar en la base de Mallorca otros dos aviones. Serán seis en total. Vamos a operar 300 vuelos a la isla a la semana. Mallorca es un boom".

Un boom. Y turístico, que para eso sirve casi exclusivamente un aeropuerto que tiene más rutas directas a Francia o Escandinavia que a España. Por eso Eurowings abrió ayer en Palma su primera base fuera de Alemania y Austria, y por eso mismo también hace una semana estrenaba centro Germania, como había hecho un mes antes la gigantesca EasyJet, que ha convertido Mallorca en su primera y única base solo turística en todo el mundo. El resultado es empleo y turismo, sí, pero también el cielo más saturado de Europa, con un avión aterrizando o despegando cada minuto y medio de esta temporada, durante la que las aerolíneas quieren mover en Mallorca más de 28 millones de pasajeros, la cifra más gruesa de la historia del aeropuerto más activo y conectado del Mediterráneo.

O al menos el más activo y conectado en verano. Que la cosa no va de favorecer la logística de los residentes, sino de llenar la caja de euros inundando la isla con turistas. Por eso Son Sant Joan ofrece este verano 182 rutas directas pero apenas 13 conectan la isla con la península, donde están las ciudades de origen de casi el 40% de los residentes de Mallorca. También por eso es imposible viajar directamente a Pamplona, San Sebastián, Cádiz o Valladolid, pero hay enlace inmediato con Jonkoping o Norrkoping, que quizá suenen a chino, pero son ciudades de Suecia desde las que hay vuelo sin escala hasta Son Sant Joan. Y con una aerolínea de la isla, Air Europa, que es la compañía que más conecta con la península ibérica desde Mallorca, pero aún así ofrece más rutas al norte de Europa que a España.

Fiebre nórdica

Justo de ese norte, de la península escandinava y su Suecia, su Finlandia y su Noruega, procede gran parte del aluvión turístico adicional que se espera para este verano: mientras Mallorca aprendía ruso solo para ver cómo la economía rusa se hundía, los nórdicos empezaban poco a poco a convertir la isla favorita de los alemanes en una pequeña Escandinavia. Tanto es así que en solo dos años Suecia ha pasado de tener dos conexiones directas con Palma a viajar cada semana en trece rutas. Lo mismo se puede decir de Noruega y Finlandia. O de Dinamarca. O incluso de la cada vez más boyante Polonia, que hace un año solo contaba con una conexión mallorquina, y ahora dispone de seis rutas directas a la isla. Con lo que es más fácil llegar desde Palma a Katowice que a Albacete.

Aunque si hay que atribuirle nacionalidad a Mallorca en virtud de sus conexiones, la isla es británica. Ni el brexit desconecta al Reino Unido de su Mallorca, más dada al inglés que nunca. La única ciudad de todo el mundo que está conectada con todos los aeropuertos británicos es Palma. Todos. Los 27. Incluido el del paraíso fiscal británico de la Isla de Man. Con lo que ir a blanquear dinero al Canal de la Mancha es un tris, pero volar a la ciudad más poblada y efervescente de todo el noroeste español (Vigo) exige hacer horas de escala en Madrid.

El boom mallorquín también hace ruido en Italia y Francia, hoy interconectadas con la isla con el triple de vuelos que hace tres años. La que no varía mucho es Alemania, la otra dueña del cielo mallorquín (y de gran parte de las casas de lujo de su costa): la isla tiene ruta sin escala hasta 22 ciudades. Muchísimas, sí, pero más importante que el número son las frecuencias: nunca tantas aerolíneas compitieron por los mismos enlaces. Por ahí sigue hasta Air Berlin, que quería irse y en el Gobierno alemán no la dejaron, con lo que ahora sus aviones, pintados aún con las letras de Air Berlin, vuelan a media Alemania como Niki Airlines. Compiten allí con otras quince por su trocito de boom turístico. Que eso es Mallorca: un boom a punto de estallar, llena de turistas como nunca, aunque con el mismo espacio de siempre.