Están tan abrumados por la competencia desleal de quienes han hecho de la publicidad engañosa su herramienta casi única para alquilar coches por decenas de miles, que cuando les hablan de ecotasa no reaccionan de forma airada. Aunque les preocupa y aseguran que no solucionará el problema del exceso de vehículos, a las pequeñas y medianas empresas de alquiler, agrupadas en torno a la patronal Aevab, les parece una noticia positiva que el Govern actúe para poner orden en el sector. Eso sí, insisten en la idea de que el impuesto no acabará por sí solo con un problema que tiene su base en prácticas fraudulentas, que son, según ellos, las que hacen rentable el negocio de la flota de coches de alquiler que llegan de la península.

Que seguirá creciendo, advierten. Eran muchos, y este año serán más: según los datos que han obtenido del puerto de Palma, solo en los muelles de Ciutat desembarcarán para la temporada 90.000 coches de alquiler, la mayoría no inscritos por sus empresas en el registro de negocios turísticos del Govern. Muchísimos, recalca el presidente de la patronal del rent a car local, Ramón Reus, que detalla que las alrededor de 250 empresas locales cuentan con unos 30.000 coches. Con lo que la actividad fuera de control de las multinacionales que desembarcan desde la península triplicaría la de los negocios familiares locales. Y sin tributar en la isla: la mayoría de esos gigantes del negocio pagan sus impuestos de circulación en pueblos de la península, en los que el tributo es más barato que en Mallorca. Por eso Reus cree que la ecotasa no valdrá para nada si no va acompañada de una campaña de inspecciones a quienes no registran sus vehículos y hacen publicidad engañosa para captar clientes por millares.

"El planteamiento del Govern que hemos leído [publicado este fin de semana en Diario de Mallorca] es poner una tasa mayor a las empresas con más coches. Pongamos que eso son, por ejemplo, 30 euros para estas que llegan de fuera, y de 10 euros para las empresas pequeñas de aquí. Pues lo que ocurrirá es que esas grandes que hacen publicidad engañosa, con esos 30 euros de ecotasa, seguirán atrayendo muchísimos clientes por la vía del engaño: los captarán con precios de 3 euros al día, y cuando llegue la hora de pagar la ecotasa esa de 30 euros o lo que sea se le sumará al precio final a los clientes, que verán cómo ya les pasa ahora que, en vez de 3 euros al día, son 100. La ecotasa aparecerá como un suplemento más. En cambio, los que lo hacemos bien, los que nos hemos acogido al código de buenas prácticas del Govern, y solo publicitamos el precio real por día, tendremos que meter esa ecotasa en el precio real, con lo que aunque sea más baja para nosotros, aún pareceremos menos competitivos", reflexiona Reus, que, sin embargo, enfatiza su satisfacción en que se quiera hacer algo para acabar con la avalancha de coches.

De la saturación a la aglomeración

"La clave es regular el sector", insiste, tras recalcar que todas estas grandes multinacionales rechazaron incluso unirse al código de buenas prácticas, que les obligaría a publicitar solo el precio real por día. "Es para morirse esa actitud. Están dañando la imagen de las islas", incide el presidente de la patronal del los rent a car. En su opinión, si de verdad se evitasen esos engaños "no haría falta ecotasa, porque la demanda de coches con los precios de mercado reales sería mucho menor". El cálculo de su colectivo apunta a que, evitando el fraude con la publicidad, "desaparecerían de aquí el 20% de las flotas". En cambio, dice, con una ecotasa "igual tenemos que cerrar todos los empresarios familiares de la isla". Por eso aplaude el interés del Govern, aunque pide que vayan más por la vía de la inspección que por la de la fiscalidad, que encima, dice, tardará más en tener efecto. "La saturación de coches es importante. En agosto siempre ha existido, pero ahora hemos llegado al grado de aglomeración, y eso no es cosa solo de los coches de alquiler: todo el mundo quiere ir en coche y está todo saturado hoy mismo, sin que haya que esperar al verano", reflexiona Reus, que subraya que en esta cuestión hace falta debate, pero sobre todo, urge tomar medidas.